lunes, 29 de septiembre de 2008

¿Y el 6 para cuando?

Exelente pregunta jejeje xD Se que todos estan muy ansiosos por seguirme leyendo pero la verdad es que no se para cuando pueda estar el siguiente capitulo. ¿Quieren saber la verdad?.... Ni siquiera he podido terminar de escribirlo se que eso es una mala noticia sobre todo porque tiene muchisimo tiempo desde que publique el capitulo 5 pero han pasado muchas cosas. Si hago la lista seria algo interminable y solo por mencionar unas cosas les puedo decir que:

pereza + universidad + msn + ausencia de comentarios= capitulo sin terminar

Sobre potterfics tengo una noticia jejeje a ver si a ustedes si les da gusto xD Hace unos dias me nombraron Editora de Potterfics .

Recuerdan la famosa convocatoria? Pues sandy yalek se anoto y apenas me hablaron, fue interesante como fue que me eligieron: Sostuve una pequeña charla con Vito y muy al estilo de HL me hicieron una broma ¬¬ En fin, por lo que he podido ver les puedo decir que la nueva version de potterfics va por buen camino y esperemos que se pueda tener la pagina de vuelta en muy poco tiempo. Asi que el animo no decaiga que potterfics volvera.

Por lo mismo me gustaria saber que cosas a su criterio les gustaria mejorar de potterfics y si son buenas ideas podria mostrarselas a vito, porque nada mejor que la opinion de los propios lectores y escritores para qu potterfics sea nuevamente del agrado de todos

Me despido y hasta la proxima entrada, aqui les mantendre al tanto del regreso de potterfics y si logro tener el cap antes de que la pagina regrese lo subire.

besos de sandy yalek!

jueves, 4 de septiembre de 2008

CAPITULO 5 EL GRAN SECRETO

Tal y como prometi hoy 4 de septiembre publicare el capitulo 5 de mi fan fic ya que potterfics no quiere funcionar ¬¬ Bueno, lo importante es que aqui lo tienen y por favor me gustaria que dejaran comentarios, quiza este es uno de los capitulos mas importantes de este fic...

Dejen sus comentarios aqui en el o bien pueden hacerlo con un mensaje a mi correo que todos tienen pero lo dejo de nuevo sandy_yalek@hotmail.com, necesito saber quienes aun me siguen a pesar de este tiempo U_U. No se cuando estara listo el siguiente capitulo, como he dicho a muchos de ustedes necesito ver los amados reviews para inspirarme pero si no hay simplemente dejo de escribir con la fluidez con que lo hago regularmente aparte de que la universidad absorbe gran parte de mi tiempo pero tendran el capitulo siguiente tarde o temprano y si potterfics sigue sin funcionar durante otro mes pues lo seguire publicando aqui.

Se que han esperado mas de un mes para leerlo y espero que lo disfruten y la pregunta obligada... ¿Quien guardo el secreto y cual es? jejeje xD

CAPITULO 5 EL GRAN SECRETO

Harry primero observo a Vanessa frunciendo el ceño, después ladeo ligeramente el torso para mirar en la misma dirección que la chica y vio a sus amigos. De lo silenciosos que estaban hasta ese momento había olvidado por completo que se encontraban ahí, no pudo descifrar con exactitud sus expresiones pero era obvio que estaban tan impresionados como él por la revelación que acababa de hacer Vanessa. Se produjo un prolongado silencio en el que Harry solo pasaba la vista de uno a otro hasta que Vanessa por fin hablo:

-Parece que la co-protagonista de esta historia no tiene ganas de hablar, bueno esta bien tendré que hacerlo yo –lo dijo de manera tranquila, como si fuera lo mas normal del mundo mientras se encogía ligeramente de hombros.

“¿La co-protagonista?” se pregunto Harry y comprendió que sus deducciones no iban tan mal de cómo las imaginaba, uno de sus amigos sabia de la falsa muerte de Vanessa, mas bien dicho era una de sus amigas…

-¿Hermione? –pregunto Harry no muy seguro de lo que acababa de decir pero si tenia que elegir entre su novia y la castaña; era mas fácil pensar que Vanessa se estaba refiriendo a Hermione. Además de que no seria la primera vez que le ocultara un secreto… la semana anterior le había revelado otra cosa importante ¿no? ¿Por qué no ocultarle también eso? ¿Podría resistir de nuevo una mentira de esa magnitud?

-¿Yo que? –pregunto la muchacha al sentir la mirada de su novio y la de Harry. Estaba mas que desconcertada –¿Por qué me miran así? No se de que están hablando.

-No mientas Hermione.

Vanessa se echo a reír y eso logro captar la atención de los otros.

-¿Qué es tan gracioso? –le pregunto Harry comenzaba a irritarle aquella situación tan incomoda.

-Esto es muy divertido –respondió ella con una amplia sonrisa –Parece que de verdad no sabe nada aunque en esta habitación hay alguien que si sabe lo que ocurrió esa noche y conoce a la perfección la razón de mi desaparición, esa persona conoce la historia mucho mejor que yo… Te doy una segunda oportunidad, ¿se lo dices Ginny o se lo digo yo?

-¿Ginny? –preguntaron Harry, Ron y Hermione a la vez. Vanessa de nuevo se rió.

-Estoy sorprendida, de verdad no les dijiste nada –dijo dirigiéndose a la pelirroja que tenia la vista clavada en el suelo. –Nunca te creí capaz de soportar ese secreto por tanto tiempo.

Vanessa meneo la cabeza de un lado al otro en señal de desaprobación.

-¿Pero que…? –empezó a decir Harry pero Vanessa no lo dejo terminar.

-Ven Harry, será mejor que nos sentemos –la joven de cabellos negros lo tomo de la mano conduciéndolo al sofá que estaba frente al que ocupaban sus amigos -¿Cual versión de los hechos quieres?

-¿Cómo que cual versión de los hechos quiero? –pregunto Harry alzando una ceja.

-Bueno, es que existe la versión oficial y la… versión real de lo que sucedió. La versión oficial es que me perdí –se encogió de hombros –todo el mundo confundió mi cuerpo y ya no pude regresar… Creo que esa versión necesita muchos arreglos –entrecerró los ojos como si intentara concentrarse en algo –Caí, creyeron que había muerto, me botaron junto con un montón de cuerpos y luego medio moribunda y desorientada me fui de ese lugar, después de eso echaron al hoyo lo que creían que era yo y no tuve posibilidad alguna de volver… Creo que así suena mejor.

Volteo a ver a Harry que mostraba una gran irritación, obviamente eso no era lo que esperaba escuchar.

-¡Esto es en serio Vanessa! sabes muy bien que odio que me hablen con rodeos, yo solo quiero saber la verdad.

-Eso lo se, ya me dejare de bromas. –respondió ella luego de poner los ojos en blanco. –Este tiempo te ha hecho perder el sentido del humor.

-¡Lo que perderé es la paciencia si sigues así!

-Ya Harry, te diré lo que paso.

-No lo hagas Vanessa –dijo Ginny en voz baja. Vanessa dibujo una sonrisa.

-Lo lamento tanto Weasley pero Harry quiere la verdad y eso es lo que le voy a dar –Vanessa ni siquiera volteo a ver a la pelirroja, mantuvo el rostro fijo en la mirada de Harry y le dijo –No desaparecí de tu vida porque así lo deseara. Es una historia muy larga, algo muy, muy complicado.

-Seré capaz de entenderlo.

-Primero, debes saber que talvez el hechizo de Bellatrix no cumplió con matarme pero si me hirió. No quisiera mostrártelo pero es para que me creas.

Se separo un poco de Harry y con cuidado y suma facilidad levanto la manga izquierda de su blusa dejando su brazo al descubierto. Harry observo el brazo y abrió un poco los ojos sorprendido. Entre el espacio que separaba el codo y el hombro de la joven había una línea de forma irregular marcando el brazo de un lado al otro. La textura le recordaba a su cicatriz en forma de rayo pero la herida de Vanessa se veía bastante reciente, como si tan solo un minuto atrás un hierro hirviendo le hubiera quemado la piel dejándolo en carne viva. Inconscientemente Harry levanto la mano y la dirigió al brazo desnudo de Vanessa que se dio cuenta de lo que el muchacho pensaba hacer y se deslizo rápidamente por el sofá hasta quedar fuera de su alcance. La manga cayo con suavidad cubriendo el brazo de nuevo.

-No tocar –dijo ella con tono amenazante. –Duele y mucho.

-Perdón –se disculpo Harry.

-El hechizo de Bellatrix solo me paso rozando y mira el daño que me causo, un poco mas a la derecha y yo no estaría aquí. Según lo que creo (porque no estoy del todo segura) el hecho de que me desmayara mientras me lanzaba el hechizo contribuyo a que la maldición no golpeara con su verdadero objetivo, rozo mi brazo lo que hizo parecer que si me había golpeado y caí inconciente. Esa es mi teoría.

Con el silencio que había en el sofá de enfrente se podía considerar que Hermione, Ron y Ginny formaban parte del amueblado de la casa. Vanessa dio un suspiro.

-Esto no es fácil Harry, de verdad que no lo es pero aquí voy, quizá seria bueno que Ginny me ayudara con una parte que ella recuerda mucho mejor que yo… -no obtuvo respuesta –Tienes que prometer que no me interrumpirás hasta que haya terminado de contar lo que paso.

-Lo prometo –dijo Harry con impaciencia –Ahora habla.

Vanessa miro de soslayo a Ginny. Es unos minutos mas se revelaría el secreto que ambas compartían…


******

7 DE ENERO DE 1999…

Había un caos en la mansión de Voldemort, faltaban un par de horas para la medianoche.

-¡Harry, Harry! –grito Hermione al ver el cuerpo del muchacho aplastado por un enorme candelabro. La posición del ojiverde era extraña, antinatural, innumerables cristales estaban a su alrededor, un pedazo de metal le había atravesado un brazo y sangre brotaba por su cabeza.

Ginny por un momento se quedo paralizada, desorientada pues había visto suceder varias cosas al mismo tiempo: su hermano y los gigantes, Vanessa acababa de caer muerta justo a unos metros de ella y Harry había sufrido un grave accidente. Todo estaba mal, muy mal. Bellatrix no paraba de reírse y lanzar hechizos, tuvo que agacharse para esquivar uno de ellos. Levanto la vista a donde se encontraban Hermione y Harry pero ya habían desaparecido. Literalmente gateo hasta donde yacía el cuerpo inmóvil de Vanessa que aun tenia la varita en mano, Bellatrix había sido más rápida que la chica de los ojos azul zafiro y la había asesinado, su principal rival en el amor había dejado de existir o al menos eso era lo que pensaba. En eso se escucho un ruido extraño al fondo de la casa amortiguando las risas de la mortifaga y todos voltearon la vista hacia aquel lugar. Cadáveres vivientes salían por un hueco de la pared. Ginny emitió un grito ahogado, nunca había visto esas criaturas en otro lugar que no fueran las páginas de los libros.

-¡Ginny! –gritó Ron desde lo lejos -¡Llévate a Vanessa! ¡Saca su cuerpo de aquí ahora mismo! –le ordeno.

-¿A donde?

Se escucharon gritos de horror, una gran columna de fuego se elevo en el pasillo

-¡VETE! –volvió a gritar -¡Tu también vete de aquí Luna!

Ginny comprendió lo que su hermano intentaba hacer. Protegerla. La pelirroja volteo en todas direcciones buscando a su amiga rubia pero no la vio por ningún lado, quizá y ya se había desaparecido o tal vez había hecho caso omiso a Ron y se había ido a perseguir a otro mago. Puso una mano sobre el pecho de Vanessa y sintió un leve movimiento en el ¿estaba respirando? No, eso era imposible. Vanessa estaba más que muerta. Otro rayo de luz paso cerca de ella, tenia que irse pronto antes de que a ella también la mataran y eso no podia ser, una de las dos tenía que quedarse para hacer feliz a Harry. Algo rozo su pie pero no lo tomo en cuenta y desapareció.

La pelirroja solo pensó en salir de aquel lugar, sin importarle donde apareciera. Cuando abrió los ojos se encontraba en un bosque cubierto de nieve, a lo lejos pudo escuchar gritos y en una fracción de segundo miro al cielo, una nube de humo se extendía sobre su cabeza lo que significaba que no se encontraba muy lejos de donde se estaba llevando a cabo la batalla de la mansión, la luz de la luna que se reflejaba en la blanca nieve le permitía ver con mayor claridad. Sujetaba con fuerza su varita mágica con una mano mientras que la otra aun se encontraba sobre el cuerpo de Vanessa; nuevamente sintió un leve movimiento y abrió mucho los ojos. Trato de estudiar el cadáver con la mirada para asegurarse de que solo eran falsas señales de vida pero no tuvo tiempo para hacer eso… Algo le aprisiono el pie y escucho una sonora carcajada tras ella, se giro abruptamente y se encontró con la mirada de la mortifaga que según ella había aturdido y derribado en la mansión. Era una mujer bastante joven, con el cabello lacio y castaño oscuro recogido en una coleta, sus ojos eran grandes y le dedicaba una amplia sonrisa. Estaba tendida boca abajo en la nieve y su mano aprisionaba con fuerza el tobillo de Ginny que grito al verla.

-Gracias por sacarme de allí niñita –dijo la mortifaga en un susurro.

-¡PETRIFICUS TOTALUS! –exclamo la pelirroja antes de que la situación se fuera a salir de control aprovechando la mala postura de la mujer para hechizarla.

Al instante la mortifaga se quedo rígida, como una estatua y Ginny se arrepintió un segundo después de haberla hechizado porque tuvo que luchar por un tiempo para poder liberar su pie de la mano engarrotada de la mujer. Una vez liberada, le quito la varita mágica, arrastro a la mujer lejos del cuerpo de Vanessa y lanzo un hechizo con el que cuerdas se enroscaron en su torso para evitar que la atacara o escapara cuando terminara el efecto. Se acerco unos pasos a donde estaba Vanessa y se mordió el labio nerviosamente; no quería acercarse, sentía miedo de hacerlo. La mortifaga se despetrifico y comenzó a gritar y a decir incoherencias, Ginny no sabia como hacer para callarla, le lanzo un silencius pero esto solo funciono por unos segundos, la estaba desesperando, en su intento por escapar se arrastraba como gusano por el suelo así que la llevo hasta un árbol y la ato a el. Tenia que librarse de ella pronto, pensó en regresar a la mansión pero eso no ayudaría en mucho, era peligroso volver allá pero aun así… ¡tenia que hacerla callar! Lo único que se le ocurrió hacer y que fuera eficiente fue intentar realizar el hechizo durmiente, el único hechizo con el que la mujer no podría librarse a menos que la propia Ginny lo deseara, se lo lanzo y funciono. A pesar de que el silencio regreso eso no disminuyo sus nervios, comenzó a dar vueltas de un lado al otro guardando en su bolsillo las tres varitas mágicas que ahora poseía (la de Vanessa, la de la mortifaga y la suya). Pensaba en Harry y en la última imagen del muchacho empapado en sangre. ¿Y si esa era la ultima vez que había visto a Harry con vida? Se estremeció, cerro los ojos y agito la cabeza de un lado al otro tratando de alejar los pensamientos negativos.

-¡AYY! ¡AY! ¡DUELE, DUELE! –escucho que alguien grito, una voz muy familiar. Lo único que Ginny pudo hacer fue llevarse ambas manos a la boca y abrir mucho los ojos sorprendida. Vanessa estaba retorciéndose de dolor en el suelo. Estaba viva pero ¿Cómo era posible aquello después de todo lo que había visto esa noche?

-¡Mi brazo! ¡Ahh! –seguía chillando la chica de cabellos negros con los parpados muy apretados.

Ginny se acerco arrodillándose a su lado y vio una gran mancha roja sobre la nieve. En la manga izquierda de la blusa de Vanessa había una gran rasgadura, mejor dicho una quemadura de donde provenía la sangre que estaba esparcida sobre la nieve, no se había dado cuenta antes de aquello por dos simples razones: la primera porque se suponía que Vanessa estaba mas que muerta y la segunda porque tenia miedo de acercarse demasiado al cadáver. Vanessa abrió los ojos de golpe.

-¿Ginny? –pregunto tratando de reconocerla en la oscuridad. -¡Ginny ayúdame, me duele mucho!

-¡Deja de moverte! –exclamo Ginny pues Vanessa se zangoloteaba demasiado impidiéndole ver la herida. Vanessa la miro entrecerrando los ojos pero obedeció.

Con el mayor cuidado que se podía Ginny termino de romper la manga pero fue inevitable no rozar su piel por lo que Vanessa volvió a gritar de dolor un par de veces.

-Eso se ve horrible –dijo Ginny para si misma mientras estudiaba con la mirada el daño provocado. –Tratare de detener la hemorragia… ¡Episkey!

La sangre se detuvo pero continuaba viéndose fatal.

-Hum… Gracias –dijo Vanessa entre dientes y con la mano derecha se apoyo en el suelo para poder sentarse, hizo una mueca de dolor cuando trato de mover el brazo herido. Ginny no contesto, siguió viendo el brazo y se dio cuenta de que nuevamente la sangre brotaba.

-¡Demonios! –susurro.

-Eres una tonta, lo hiciste mal –reprendió Vanessa –¿Es que en su escuela no saben enseñarles magia?

Ginny resoplo, se puso de pie y se cruzo de brazos.

-Deberías estar muerta ¿lo sabias?... Bellatrix te lanzo un avada kedavra, ¡un avada y sobreviviste!...

-¿Vas a ayudarme si o no?

Ginny se quedo pensativa, luego pasados unos segundos puso los ojos en blanco. De nuevo se arrodillo ante ella, dio un tirón a su tunica y desprendió un largo trozo de tela.

-Creo que la magia no funcionara, fuiste herida con una maldición imperdonable. No soy tan perversa como para dejarte morir desangrada…

-Pero eso quisieras… -susurro Vanessa. La pelirroja la escucho pero prefirió hacerse la sorda.

-… detendré la sangre a la forma tradicional –continuo Ginny dibujando una sonrisa. -Tienes suerte de que solo te haya rozado el brazo ¿Cómo demonios paso?

-Yo… -empezó a decir Vanessa reflexionando –Yo me desmaye, si eso fue lo que paso, vi el rayo, luego todo se volvió negro y… ¡AHHH!

Ginny rodeo con la tela el brazo de Vanessa, con el mas mínimo roce vociferaba maldiciones pero lo peor fue el grito desgarrador que soltó cuando Ginny hizo el nudo para cortar la circulación de la sangre. Se empezó a preguntar que tan lejos se había escuchado eso.

-¡¡TEN CUIDADO IDIOTA!! –grito Vanessa después de aquello mientras Ginny se moría de la risa

-Eso es lo que hago –contesto sin dejar de sonreír –Si no te gusta pues hazlo tu misma.

Vanessa le lanzo una mirada asesina y luego Ginny se puso de pie. Ninguna de las dos dijo nada por unos minutos hasta que Vanessa hablo de nuevo.

-¿Dónde estamos? ¿Dónde… donde esta Enrique? –pregunto alterándose un poco volteando a todas direcciones. Vio un bulto amarrado en el árbol pero sabía bien que eso no era la persona que buscaba. ¿Qué hacia con Ginny en ese lugar cuando había una pelea? ¿Es que acaso todo había terminado? Y si era de esa manera los de la Orden deberían estar junto con ellas pero ¿Por qué no los veía por ningún lado?

-Estamos en el bosque, parece que la mansión esta a unos kilómetros de aquí, te saque de ahí pero esa bruja –ladeo el rostro en dirección a la mortifaga –se agarro de mi pie y tuve que hechizarla para hacerla callar y Harry –recalco mucho esa palabra –… él… ¡él puede estarse muriendo en este mismo instante! ¡Todo por tu culpa!

El comentario de Vanessa hizo que Ginny recordara todo lo que había sucedido entre ellas

-¿Por qué? ¿Qué le ha ocurrido?

-Tuvo un gran accidente todo por intentar ayudarte –la voz de Ginny fue entrecortada, con unas inmensas ganas de llorar –Sangraba y sangraba se veía muy mal ¡todo por ti, por ser la maldita doncella en peligro que tenia que salvar! ¡Te odio Vanessa! ¡TE ODIO!

-¡Yo también te odio Ginny Weasley! Eres un estorbo. Una simple mocosa entrometida que se cruzo en mi camino

-¡Tu te cruzaste en mi camino! –la señalo de forma acusadora –Me quitaste a Harry, me robaste su cariño.

-Yo no te he robado nada. Enrique…

-¡Que se llama Harry!

-Enrique –insistió Vanessa –Mi Enrique no te quiere ¿Por qué no lo superas Weasley? El me prefiere a mí.

-¡MENTIRA!... Harry no te eligió, tú lo obligaste a elegirte. Me lo quitaste a la mala Vanessa, te aprovechaste de su amnesia para mantenerlo a tu lado. Sabias quien era él y aun así lo ocultaste de nosotros. No le ayudaste a recordar quien era. ¡Tú no lo quieres! Lo único que te importa eres tu misma. Eres la culpable de todo lo que ha pasado. Hasta culpable de la muerte de Severus Snape. Te importo poco su vida.

Tomo a Vanessa por sorpresa, la expresión de su rostro se desencajo.

-¡Cállate, no sabes lo que dices Weasley!

-¡Mataste a tu padre!

Esa frase fue como un puñal directo al corazón de Vanessa, sus ojos se pusieron brillosos, señal de las inmensas ganas de llorar. Los cerró intentando controlarse pero con eso solo consiguió repetir la escena de su muerte en su mente. Un recuerdo muy vivido.

-¡Que te calles! –volvió a exclamarle abriendo los parpados y remplazando el gesto de dolor por uno de rabia hacia la pelirroja por recordarle ese acontecimiento. Si las cosas seguían así llegaría el momento en que no soportaría los estupidos reproches de Ginny. Había llegado la hora de ponerle un alto a la situación antes de que sus palabras llegaran más lejos. “Seguro que un hechizo no le caería mal” pensó Vanessa. Deslizo la mano derecha hasta su bolsillo en busca de su varita mágica que no encontró.

-Mi varita… La he perdido… -susurró un poco asustada pensando que la había dejado tirada en la mansión.

-Yo la tengo –dijo Ginny sacándola de debajo de su tunica.

-Dámela –ordeno estirando la mano.

-No, no voy a dártela, además, no la necesitaras.

La rabia de Vanessa aumento. Intento ponerse de pie y sin querer apoyo su peso en el brazo herido. Grito de nuevo pero no solo por ese dolor sino porque al segundo siguiente todo su torso estaba envuelto en cuerdas inmovilizándola por completo.

-¿Pero que…? –preguntó asustada ya no sabia que pensar, Ginny Weasley la acababa de encantar con su propia varita -¡¿Estas loca?!

Ginny la observo fijamente a los ojos, aun con la varita apuntando directo a su pecho, su respiración era agitada.

-No permitiré que me ataques.

-Yo solo quería ponerme de pie –dijo Vanessa apenas moviendo los labios.

-Me importa poco. Si te suelto y te llevo de vuelta con Harry y los demás… ¿estarías dispuesta a dejarlo que me recuerde por completo y darle la oportunidad de elegir?

Vanessa se quedo callada pero de repente estallo en carcajadas

-¿Bromeas verdad? –pregunto Vanessa sin dejar de reírse –Creí que me conocías mucho mejor, en la guerra y en el amor todo se vale y si es necesario llevármelo del país lo haré con tal de que “la pecosa Weasley” deje de molestar.

-¿Con que eso es lo que crees? ¿En la guerra y en el amor todo se vale? Muy bien, me parece perfecto pero… no serás tu la que haga hasta lo imposible por alejar a Harry de mi lado. Yo seré quien lo aleje de ti cuésteme lo que me cueste y pase lo que tenga que pasar –decía Ginny con los dientes apretados. –Llego la hora de que regrese mi felicidad, esa felicidad que me arrebataste. Voy a recuperar a Harry –concluyo con determinación.

-En serio Ginny, ya deja de engañarte, Enrique es mío y solo mío. Ya no puedes hacer nada para recuperarlo y en cuanto me vea de nuevo te darás cuenta de ello. Deja de humillarte, lo digo por tu bien

-¡No volverás con él! –dijo Ginny con aire autoritario a la chica que tenia enfrente.

Vanessa entrecerró los ojos dedicándole una sonrisa burlona. Si Ginny creía que después de ese día y luego de esa pequeña charla se daría media vuelta dejándole el paso libre, estaba muy equivocada. La observo y hubo algo en el rostro de Ginny que le preocupaba, era como si estuviese completamente segura de que eso ocurriría. ¿Qué era lo que estaba tramando? Vanessa no lograba obtener una respuesta concreta solo podía esperar a que la pelirroja siguiera hablando para averiguarlo. –Para todos moriste hace unas horas tu no puedes regresar –Ginny agito la cabeza frenéticamente de un lado al otro -¿Me escuchaste? No vas a regresar, tú vas a desaparecer.

-¿Y que piensas hacer para cumplir con tu objetivo? –pregunto Vanessa con incredulidad, tratando de mantener firme su voz pero la verdad era que comenzaba a asustarse.

Temía lo peor, que Ginny hubiera perdido la cordura todo por la obsesión de estar a lado de Harry ¿Valía la pena llegar a todo eso (fuera lo que fuera) por culpa de él?... Si, si lo valía. Debía estar demente pero quizá pensaba eso por su egoísmo y por el instinto de posesión que en los últimos meses sentía hacia a Harry, apoderarse de su amor y su corazón se había convertido en una verdadera competencia entre Ginny y Vanessa donde la mas fuerte (o mas persistente) vencería. En esos momentos Vanessa se encontraba en una clara desventaja, tirada en la nieve, herida y atada no había demasiado que pudiera hacer para defenderse. En cambio Ginny se encontraba en perfectas condiciones físicas y poseía más de una varita mágica. Si Ginny se había vuelto loca era muy seguro que no pensara en sus acciones hasta tiempo después de haber cometido una tontería. ¿Y si esa locura tenia como consecuencia su muerte? Imaginarse a Ginny como asesina resultaba casi imposible y mucho más imposible pensar que aquella pelirroja fuese capaz de cometer semejante atrocidad pero sabia muy bien que el odio, nerviosismo y la frustración en conjunto podían producir muchas cosas peligrosas.

-¿Vas a matar-me? –la voz de Vanessa se quebró en la ultima silaba y muchos otros pensamientos cruzaron por su mente. Justo ese día la principal amenaza para todos había muerto. Justo ese día había hecho planes de matrimonio con Harry (planes que por supuesto Ginny desconocía), se suponía que con la muerte de Voldemort todo terminaría en un “Y vivieron felices para siempre” sin embargo todo se estaba acomodando de tal forma que para ella nunca existiera la felicidad absoluta y eso hasta cierto punto resultaba patético.

Ginny abrió los ojos como platos y Vanessa se dio cuenta de que su imaginación se había ido muy, muy lejos pero la muerte era lo único que podía encajar como sinónimo de la palabra “desaparecer”.

-¡Ay no! ¡¿Cómo se te ocurre?! –exclamo Ginny horrorizada ante la idea y nuevamente empezó a caminar de un lado al otro muy nerviosa, lagrimas escurrieron por su rostro antes de que volviera a hablar. –Yo… yo no quisiera llegar a esto. Una cosa es desear con todas mis fuerzas que desaparezcas y otra muy diferente desear tu muerte. Estoy desesperada, quiero que todo vuelva a ser como antes y… y… la única forma que se me ocurre es borrarte la memoria.

-¡NO! –grito Vanessa.

Un escalofrío le recorrió todo el cuerpo y comenzó a preguntarse que era peor: morir en una fracción de segundo o vagar toda una vida sin recuerdos. La muerte no dolía, la soledad si… No más Vanessa Prince, no Snape, no Orden del Fénix, no mortifagos, no Harry, no nada.

Había escuchado hablar de casos en que el ministerio de Magia había recurrido a utilizar el encantamiento desmemorizante con los muggles para proteger el secreto de la magia pero esas eran personas calificadas. También había escuchado hablar de magos hechizados cuyo final había sido trágico, algunos terminaron locos y otros tontos. ¡Ginny solo era una niña!

-Ginny ahora estas confundida, no tienes idea de lo peligroso que es lo que planeas hacer, ¡No seas idiota!

-No, no tengo idea de lo que pienso hacer. Estoy aturdida pero no puedo dar marcha atrás.

-¡Tú no puedes hacerme eso!

-Si puedo y lo voy a hacer y si no quieres que lo haga desaparece por tu cuenta.

-¡No!... ¿Piensas hacerme lo mismo por lo que paso Harry? Tu no sabes lo mucho que sufrió por vivir sin memoria y… -Vanessa iba a comenzar a la defensiva, buscar algún pretexto para persuadir a Ginny una vez que se había dado cuenta de que eso no era una broma, iba en serio y tenia que detenerla de alguna forma –Te descubrirán.

-No van a descubrirme. Tú estás muerta ¿recuerdas? A nadie le importara tu desaparición.

-¿Y puedo saber como piensas explicar eso? ¿Qué piensas hacer conmigo una vez que me borres la memoria? Claro, si de verdad piensas hacerlo –dijo Vanessa con una nota de sarcasmo en su voz.

-Eso no lo se, encontrare la forma de solucionar ese problema. Pero no cabe duda, tú desaparecerás.

-El sol no se tapa con un dedo. Algún día te descubrirán y cuando Harry se entere va a odiarte. ¿Eso es lo que quieres?

-¡No se va a enterar! –chillo la pelirroja apuntando a Vanessa con la varita.

-¿Y si… y si tu hechizo falla?

-Ruega porque eso no suceda –susurro Ginny y al recordar a su antiguo profesor Lockhart hizo una mueca.

-Eres una maldita, más maldita de lo que yo puedo llegar a ser –dijo Vanessa en una repentina ráfaga de ira. –No tienes idea de la clase de bruja con la que te estas metiendo. Eres repugnante. Ojala y te mueras, deseo que él nunca te quiera tanto como me quiere a mi, deseo que solo te odie y te desprecie…

-¡Basta! –exclamo Ginny con los ojos hinchados pero Vanessa la ignoro y prosiguió.

-…Espero que cada minuto de tu asquerosa vida me recuerdes. Vivirás bajo mi sombra por siempre, deseo que los remordimientos y la culpa te consuman. Deseo que si yo pierdo la memoria tú enloquezcas. Juro que esto te va a pesar. –continuo Vanessa mirándola con ojos asesinos. –¿Qué estas esperando, no que tenias muchas agallas? –Ginny no contesto, su respiración era agitada igual que la de Vanessa –Anda Ginny, arruínate de por vida pero ya sabes lo que pasara si te descubren. ¡Hazlo! ¡Desaparéceme! –la reto.

Se hizo un silencio sepulcral que duro varios minutos, lo único que hacían era mirarse a los ojos. Vanessa fue la que decidió romper el silencio, dibujo una sonrisa burlona y susurro:

-¿Ya te arrepentiste Weasley?

-No… –dijo igualmente en voz baja y la sonrisa de la chica de los ojos azul zafiro desapareció –Adiós Vanessa… ¡OBLIVIATE!

******

-¡Ginny ¿Qué hiciste?! –grito Hermione poniéndose de pie de un salto obligando a sus amigos a volver al presente.
******

Le atinaron? Sospechaban que Ginny era la verdadera traidora? Se imaginaron que ese era el famoso secreto?.... Creo que de todas sus teorias que llegue a leer solo una fue la que mas se acerco a lo que realmente estaba pasando en la historia y creo que esa personita sabe quien es ;)

miércoles, 3 de septiembre de 2008

CAPITULO 4 NO TODO ES COMO PARECE

CAPITULO 4 NO TODO ES COMO PARECE

Harry se apareció en Hogsmade. El cielo estaba despejado dejando ver unas brillantes estrellas, el atardecer estaba dando paso a la noche mas pronto de lo que esperaba. El viento estaba tranquilo igual que la calle por la que transitaba. No tenía ninguna prisa por llegar a su destino así que mucho mas sereno con lo que había sucedido ese día se puso a curiosear por los escaparates de las tiendas que seguían abiertas sobre la calle principal.

Para cuando llego a la reja de Hogwarts ya estaba completamente oscuro, saco su varita mágica e invoco a su patronus con forma de ciervo que galopo al interior del castillo con un mensaje para que Hagrid le abriera. Harry observo como la figura plateada se perdía de vista mientras recordaba el motivo que lo había llevado a ese lugar a esas horas de la noche: de cierta forma quería quejarse de su desgracia ante la tumba de Vanessa, sabia que estaba mal (no era bueno reprocharle cosas a los muertos) pero tenia que hacerlo. Al parecer siempre estaría rodeado de mentiras y secretos. El semigigante no tardo en aparecer.

-Hola Hagrid –saludo el muchacho mientras su amigo de gran tamaño abría la reja sujetando una lámpara en su mano libre.

-¿Cómo has estado Harry? No te esperaba hasta el próximo mes –le dijo dejándolo pasar.

-Pues esta vez me adelante a mi visita.

-Es un gusto verte, bienvenido a Hogwarts –le dio unas palmaditas en la espalda que lo hicieron tropezar y por poco caerse. –Vamos Harry, te invito una taza de te.

-Gracias Hagrid pero…

-Te ves triste Harry ¿No quieres hablar?

Harry negó con la cabeza.

-Por favor Hagrid, no le digas a nadie que he venido… ¿Crees que puedas dejar la reja sin candado para irme sin molestarte?

-Harry sabes que es la seguridad del colegio… Que mas da, para ti lo que sea. –le dio un codazo a Harry que le saco el aire y Hagrid al ver lo que había hecho busco mil maneras de disculparse con el muchacho hasta que Harry recobro el aliento y le dijo que todo estaba bien.

Caminaron juntos por los terrenos de Hogwarts, a lo lejos se veía a algunos estudiantes lo que provoco una sonrisa a Harry al recordar los tiempos en que estudiaba en el castillo que siempre había considerado como su hogar. Al llegar a la cabaña de Hagrid se separaron para que Harry se fuera en dirección al lago y dio un suspiro cuando distinguió a las tumbas entre la noche; empezó a buscar con la mirada la tumba que deseaba visitar, solo que al encontrarla se llevo una gran sorpresa…

Frente a la tumba de Vanessa estaba una figura hincada y encapuchada. Harry se estremeció sabiendo muy bien que no podía ser ningún estudiante o cualquier otra persona del docente de Hogwarts y por un momento la imagen del rostro de Voldemort inundo su cabeza. Saco su varita mágica y avanzo por el pasillo tratando de no hacer ruido pero el suelo que pisaba lo traiciono. La persona encapuchada levanto ligeramente la cabeza al percatarse de su presencia.

-¿Quién es usted? ¿Cómo entro aquí? –le pregunto Harry del otro lado de la hilera apuntándole.

La figura elegantemente se puso de pie dándole la espalda a Harry.

-Le hice una pregunta, ¿Quién es usted?

No obtuvo respuesta y una fracción de segundo después la figura estaba literalmente corriendo rumbo al bosque prohibido, parecía flotar mientras recorría a toda prisa los terrenos.

-¡Demonios! –murmuro Harry entrecerrando los ojos decidido a perseguir al encapuchado pues muy a su criterio no podía quedarse ahí sin hacer nada viendo como un completo extraño había invadido Hogwarts y ahora pretendía desvanecerse en el bosque prohibido. Tenia que detenerlo y descubrir quien era así que echo a correr tras él. Sabia bien que la curiosidad y ese presentimiento de peligro asechándolo lo había llevado en el pasado a cometer una gran cantidad de errores pero ahora eso no le importaba en absoluto. El encapuchado entro al bosque prohibido donde ya no había ninguna señal de los rayos de la luna lo que dificultaba la búsqueda pero no podía permitir perderlo.

-¡Lumos! –dijo en voz baja apuntando en todas direcciones, vio ondear una capa y siguió corriendo tras ella, parecía que la figura se estaba cansando porque su paso se hizo mas lento. Las cosas no podían continuar de aquel modo.

-¡Espere! –grito Harry y sorprendentemente el encapuchado se detuvo a unos veinte metros de distancia ocultando la mitad de su cuerpo tras un gran árbol observando a Harry entre las sombras.

-¿Qué es lo que…?

Harry no pudo terminar la frase porque un rayo rojo proveniente de donde se encontraba el encapuchado paso por su lado lo que lo distrajo y el encapuchado volvió a correr.

-¡Arg! –se quejo Harry

De nuevo echo a andar, se tropezó y vio como la figura se perdía en una dirección diferente, siguió corriendo y dio vuelta en la dirección que había tomado pero lo único que vio después de eso fue una resplandeciente luz blanca tan cegadora como los rayos del sol que lo obligo a cerrar los parpados y llevarse ambas manos al rostro para protegerse de aquella luz. Sintió como todo daba vueltas a su alrededor perdiendo la noción del tiempo y del espacio…

Para cuando volvió a abrir los ojos estaba tendido en el suelo boca arriba aun con la varita mágica en la mano. Noto un fuerte dolor a la altura de su nuca y hayo un gran chichón provocado por una enorme roca en donde había caído. Se levanto del suelo aun frotándose la cabeza; seguía en el bosque prohibido pero ya no había señales de la figura encapuchada que lo había llevado hasta ese lugar. Se alumbro con la varita y reviso la hora, al mirar el reloj se sorprendió mucho: ya era cerca de media noche y el incidente del encapuchado había pasado varias horas atrás, era un milagro que durante el tiempo que estuvo inconsciente ninguna criatura del bosque se le hubiera acercado y causado daño, era mejor regresar a los terrenos de Hogwarts y lo mas pronto que pudiera.

Iba a la mitad de los terrenos cuando se puso a pensar si seria bueno dar aviso de lo que había visto aquella noche, miro al interior del castillo y vio que la mayoría de las luces se encontraban apagadas, seguramente que todos ya estarían dormidos, esperaría a la mañana siguiente para informarles aunque también se puso a pensar si era necesario que lo hiciera, últimamente dudaba mucho de las cosas que veía. Dudo un poco y luego siguió con su camino. De repente se detuvo, había olvidado por completo (por culpa de la figura) la razón por la que había ido a Hogwarts así que dio media vuelta y regreso al cementerio, se paro frente a la tumba de Vanessa y se quedo un largo rato parado ahí, cruzado de brazos en medio de la oscuridad y después se marcho.

Regreso a Grimmauld Place en plena madrugada y lo primero que noto al entrar a la casa fue que las luces seguían encendidas, luego levanto la vista y vio sentados en los escalones a sus dos amigos y a su novia. Tuvo una sensación extraña en el estomago, fuera lo que fuera no podía odiarlos. Los vio levantar la vista para observarlo, Ron y Hermione estaban muy cautelosos y podía notar el arrepentimiento en su mirada

-¡Harry! –grito Ginny efusivamente y corrió hasta donde estaba Harry que no se esperaba aquel recibimiento. Al segundo siguiente se vio envuelto en los brazos de su novia y perdió el equilibrio.

-¡Auch! –se quejo el muchacho al sentir nuevamente dolor en el chichón de su cabeza, estaba tendido en el suelo con Ginny sobre él.

-Perdona… -dijo la pelirroja apenada y enseguida hizo un ademán para quitársele de encima pero Harry la mantuvo aprisionada entre sus brazos. -¿Qué pasa? –pregunto con confusión.

-Nada, solo esto –respondió Harry con una sonrisa, acerco su rostro mas al de ella y le dio un beso tierno en la boca que hizo a Ginny muy dichosa. –Gracias por quererme como me quieres. –Ginny se puso colorada. –Ay mi cabeza, ahora si te agradecería que ayudaras a que me parara.

-Fue mi culpa ¿verdad?

-No como crees, hace un rato me caí y me golpee con una roca. Nada grave.

Se puso de pie y volvió la vista a sus otros dos amigos.

-Harry… -empezó Hermione y el ojiverde levanto la mano derecha pidiendo que guardara silencio.

-Ya Hermione, mejor olvidémoslo. De verdad los perdono.

-Oh Harry, gracias –exclamo la castaña con los ojos bañados en lagrimas.


Harry no les menciono su encuentro con Miranda, ni su visita al cementerio y mucho menos les contó de la persona que se había encontrado en ese lugar y que lo había arrastrado hasta el bosque prohibido. La semana paso sin contratiempo alguno, el tema del embarazo de Vanessa no se volvió a tocar y de vez en cuando sentía las miradas apenadas de sus amigos pero prefería ignorarlo con tal de llevar la fiesta en paz, ya estaba harto de sufrir por culpa de Vanessa. El enterarse de ese ultimo secreto lo hizo reaccionar y decidirse a cerrar por fin ese capitulo de su vida. Ahora tenia a Ginny y nada ni nadie podía hacer que eso cambiara.


Llamaron a la puerta poco después de la hora del desayuno. Hermione y Ron se acababan de enfrascar en una discusión sobre los logros de la P.E.E.D.O. Hermione a favor y Ron como siempre en contra, hasta al pobre de Kreacher lo habían metido entre ellos dos. Por tal razón Ginny salio disparada a su habitación con el pretexto de buscar un suéter pues ese día a pesar de ser primavera se sentía frío y a Harry no le quedo más remedio que abrir.

-Ni se te ocurra cerrar la maldita puerta –dijo una voz que Harry reconoció al instante. ¿Es que cada fin de semana le pasaría lo mismo?

Nuevamente unos ojos azul zafiro lo observaban, solo que no quedaba rastro de la alegría con que los había visto la ultima vez. Ahora estaban entrecerrados y se notaba la clara advertencia que había emanado un segundo atrás. Pálida como la cera, unas marcadas ojeras y sus labios se habían convertido en una delgada línea recta. El viento de ese día hacia que su cabello negro y ondulado se meciera de un lado al otro. Vestía una blusa negra holgada (quizá se veía así por la delgadez de la muchacha) de manga larga, jeans y zapatillas. Tenia los brazos cruzados sobre el pecho lo que la hacia parecer aun mas enojada.

Harry obviamente se quedo de piedra por unos segundos que se hicieron eternos. El rostro de la joven se fue relajando igual que sus brazos que se despegaron de su pecho y cayeron a los costados.

-No te asustes, soy yo.

-Es que no puedes ser tu –dijo Harry apenas moviendo los labios. “Genial, voy a ponerme a hablar con mis alucinaciones. Necesito ayuda psicológica” –Tu estas muerta.

-Cierto… -levanto la vista al cielo nublado con aire pensativo -¿Y si pudiera demostrar lo contrario? –le pregunto al muchacho mirándolo cual retador hace una apuesta.

Dio un paso para entrar en la casa y Harry se echo para atrás, tanta confusión y escepticismo lo estaban mareando. Todo debía ser un sueño o una cruel pesadilla que lo perseguía solo para torturarlo.

-¡Vete y déjame en paz! –grito Harry –Tu no eres Vanessa, eso es imposible. –continuo el muchacho cerrando los ojos y agitando la cabeza de un lado al otro.

-Si no fuera Vanessa ¿podría hacer esto?

Harry abrió los ojos asustado por la forma en que habían sonado sus palabras y se sobresalto un poco al ver que su rostro estaba a un palmo del suyo. No le dio tiempo de reaccionar. La joven le había tomado el rostro con ambas manos y unió sus labios con los de él. Harry sufriría un ataque de un momento a otro, decir que se había quedado como piedra era quedarse corto, mantuvo los labios apretados por unos segundos pero el sentir la calidez de aquellas manos sobre sus mejillas hizo que se dejara llevar correspondiendo aquel beso lleno de dulzura. Hacia mucho que no experimentaba aquella sensación y sabia bien que solo Vanessa podía besarlo de esa manera. Si todo era una calida alucinación, o un sueño muy vivido (que lo consideraba más probable) era mejor aprovecharlo al máximo pero el beso termino demasiado rápido y luego todo quedo en silencio. Harry no quiso abrir los ojos por miedo a que su sueño se disolviera por completo y tener que volver a la realidad, una realidad en la que Vanessa no existía.

-¿Piensas quedarte así para siempre? –le preguntaron –Aquí estoy y no pienso marcharme.

Harry abrió los ojos, la puerta estaba cerrada y justo cuando la tristeza comenzaba a invadirlo escucho una risita tras él. Se giro bruscamente y era ella.

-Lo siento –se disculpo –Estar en la calle se estaba volviendo incomodo –dijo con una sonrisa en los labios.

-Dime que no estoy soñando.

Ella negó con la cabeza.

-No es un sueño o alucinación… humm, no soy un fantasma y tampoco te has vuelto loco… Soy más real de lo que crees…

-¿Pero como…?

-¡Te extrañe tanto! –exclamo de pronto y se abalanzo sobre él para abrazarlo, apenas lo había estrechado entre sus brazos cuando alguien grito:

-¡AHH!

La joven de los cabellos negros se soltó de Harry y ambos voltearon al lugar donde había procedido el grito. Ginny estaba parada al pie de la escalera con los ojos como platos y muy asustada. Se estaba poniendo pálida. Vanessa entrecerró los ojos y sonrío de una forma que a Harry le dio miedo, ya se había olvidado de aquella mirada que tanto caracterizaba a Vanessa.

-Hola Ginny –saludo la joven con suma tranquilidad.

-Tu… tu no… –susurro Ginny y miro a Harry –¡TU ESTAS MUERTA! –exclamo la pelirroja señalándola con el dedo.

Vanessa se echo a reír.

-¡Buu! ¿Te asustan los fantasmas Weasley? –dijo la joven acercándose a la otra que dio un paso hacia atrás y por poco tropieza con las escaleras. Vanessa rió de nuevo.

En eso salieron Ron y Hermione de la cocina, seguían discutiendo sobre los elfos y parecían no darse cuenta de la presencia de Vanessa en la estancia. La chica decidió hablar primero.

-Hola.

-Hola Vanessa… –contesto Hermione a penas prestándole atención –… Te digo Ron, ahora que estoy en el Ministerio me encargare de que todos los elfos… ¿Ron? –pregunto al ver la mirada perdida que tenia su novio, estaba blanco y señalaba con mano temblorosa al frente. Se escucho una risita detrás de ella y comprendió lo que acababa de suceder.

-¡Vanessa! –exclamo la castaña llevándose ambas manos a la boca y poniéndose igual de pálida que los demás. Se produjo un silencio bastante incomodo pero eso pareció causarle gracia a la visitante.

-Nunca pensé que mi regreso les emocionara tanto… ¿Creen que podríamos ir al salón para platicar? Es mucho más cómodo que estar a medio vestíbulo.

-¡Estas viva! –pudo exclamar Hermione al fin.

Vanessa no contesto, solo dibujo una sonrisa y luego se dio la vuelta para entrar a la habitación que tenia enfrente. Harry la siguió mas por inercia que por otra cosa, tenía un millón de interrogantes en la cabeza, por más que quería no le era posible entender lo que estaba pasando.

Ron, Ginny y Hermione se miraron el uno al otro, el miedo seguía presente en sus rostros.

-Esto no esta nada bien –dijo el pelirrojo antes de encaminarse con Ginny y su novia al salón donde se sentaron en uno de los sofás uno muy junto del otro sin despegar la vista de Vanessa que en ese momento estaba al centro del salón dándoles la espalda y Harry estaba a unos pasos de ella observándola como atontado.

-Primero que nada quiero que se tranquilicen –comenzó a hablar Vanessa –Se que están muy asustados de verme nuevamente sobre todo porque para todo el mundo “Vanessa Prince” esta muerta –se dio media vuelta y miro a Harry a los ojos –Se que estas mas que confundido pero en la entrada te acabo de comprobar que soy yo de carne y hueso.

-¡Es que no entiendo Vanessa!

-Todo tiene una explicación, una muy buena explicación.

-Yo vi como Bellatrix te lanzaba el hechizo y tú… ¡tú caíste muerta!

-No todo es como parece Harry… ¿Te sorprende que al fin te llame Harry? –pregunto al ver su rostro tan lleno de confusión.

-No pero es que tu siempre me llamabas…

-Enrique… -Vanessa termino la frase por el. –Si, lo se. Para siempre serás Enrique pero tengo que aceptarlo, tu nombre real es Harry Potter y bueno, Enrique Burnett esta mas muerto que yo –la chica forzó una sonrisa y dio un suspiro antes de continuar –Como te estaba diciendo no todo es como parece, muchas veces la vista nos engaña y nos hace ver las cosas de una forma tan diferente a lo que realmente son. En otras ocasiones nosotros mismos nos cegamos y vemos las cosas de distinta manera… -por un momento le pareció a Harry que Vanessa hablaba mas para si misma que para los demás –Es una historia muy larga Harry y creo que seria bueno comenzar desde que te fuiste de casa aquella tarde de enero para que puedas comprenderlo mejor.

Harry siguió observándolo mientras ella empezaba con su relato. En el sofá donde estaban sus otros tres amigos parecía como si no hubiera nadie, permanecían inmóviles y en absoluto silencio…



Te desapareciste por la chimenea y yo de inmediato me fui a la cocina para pelearme con Kreacher sobre el platillo que se cocinaría para la comida. Sabía que tardarías en volver con tus amigos así que subí a la habitación, me sentía un poco cansada y me acosté un rato… Una hora mas tarde escuche ruidos, Salí al pasillo y vi correr a Kreacher directo al baño murmurando cosas pero siendo sincera no le tome ni la más minima importancia. Llegue a la escalera y Bellatrix estaba abajo observándome con una sonrisa maliciosa y la varita en mano.

-Hola queridita –me dijo arrastrando las palabras y yo me asuste de verla ahí. “¿Como rayos entro en mi casa?” fue lo primero que me cruzo por la mente.
Escuche como un hechizo se estrellaba en la pared mientras yo corría de vuelta a la habitación. Se que no era la acción mas inteligente pero me tenia acorralada. Me encerré a sabiendas de que eso no la detendría así que me puse a un lado de la puerta esperando a que entrara.

-¿Dónde estas Vanessita? El señor Tenebroso quiere verte, no puedes rechazar su invitación. –dijo en cuanto entro a la habitación y yo la observaba oculta tras la puerta. Lanzo un hechizo a una de las mesitas de noche que se hizo añicos y le lanzo otro hechizo a la cama como si fuera tan tonta y esconderme bajo las sabanas. Estaba a espalda mía así que aproveche la distracción.

-¡Desmaius! -exclame.

Salí corriendo de la habitación, no pensaba quedarme ahí parada viendo como se estrellaba contra un mueble. Lo único que me importaba era largarme de ahí. Escuche vidrios romperse y un rugido de coraje, yo baje las escaleras lo mas rápido que pude pero justo en el ultimo escalón unas gruesas cuerdas se ataron a mi torso y perdí el equilibrio. Un segundo después tenía a Bellatrix a mi lado burlándose, en su intento por quitarme la varita, salio un destello que golpeo con uno de los sofás provocando que se volteara. Al final logro arrebatármela de las manos, me tomo de los cabellos y obligo a que me pusiera en pie.

-¡Suéltame maldita bruja! –le grite con rabia forcejeando inútilmente mientras ella me jalaba para que entráramos a la chimenea, le metí el pie y cayo, eso la hizo enfurecer muchísimo y yo seguía atada y sin varita así que no podía hacer mucho para defenderme y escapar. Volvió a atraparme y a jalarme rumbo a la chimenea pero yo no me dejaba. En eso aparecieron unas llamas verdes y eso significaba que estabas de vuelta y podrías salvarme. Me puso una mano en la boca y me empujo hasta la cocina. Se movió realmente rápido esa mujer.

-¡¿Qué paso aquí?! –escuche decir a Hermione cuando Bellatrix y yo estábamos ocultas tras la puerta de la cocina.

-Si gritas te matare aquí mismo y luego lo matare a él –me amenazo enterrándome la varita mágica en las costillas. Poco después entro Hermione y Bellatrix igual que como yo hice con ella en la habitación de arriba aprovecho que estaba de espaldas para hechizarla. Hermione se elevo y choco contra la alacena, todo se le cayó encima. De nuevo comenzó el forcejeo con la loca esa que logro meterme en la chimenea y antes de desaparecernos te alcance a ver junto con Ron en las escaleras.

-¡Enrique! –grite pero sabia que ya era demasiado tarde, las llamas nos envolvieron y vi muchas chimeneas pasando frente a mi y el hollín obligo a que cerrara los ojos.


-Recuerdo eso –dijo Harry con tristeza interrumpiendo el monologo de la chica que tenia en frente –Perdóname, no debí dejarte sola, por mi culpa Bellatrix te saco de la casa.

-No hay nada que perdonarte, no fue culpa de nadie.

-¿Qué paso después? –pregunto con curiosidad, aun necesitaba conocer muchas cosas de lo que había sucedido aquel día.

-A eso iba –dijo Vanessa con una sonrisa antes de sumirse nuevamente en sus recuerdos…



Cuando abrí los ojos me di cuenta de que Bellatrix y yo nos encontrábamos en el comedor de la mansión y me sorprendí muchísimo de aparecer ahí, nunca pensé que fueran capaces de conectar la red flu a esa chimenea.

-Listo Amo, el chico apareció en la casa –susurro Bellatrix pero Voldemort no estaba en esa habitación, obligo a que me sentara en una silla y decidí que ya no valía la pena intentar escapar, me encontraba en su territorio y sin varita mágica. Supongo que él la escucho porque la puerta se abrió de par en par y lo vi entrar con aire pensativo susurrando cosas para si mismo, “Sabes donde encontrarme.” Fue lo único que logre entenderle cuando se acerco a nosotras. Primero me miro a mí y luego a la mortifaga muy satisfecho.

-Felicidades Bella, has hecho un excelente trabajo

-¡Maldita serpiente asquerosa! –exclame con odio, nadie podía impedir que lo insultara, aun así esperaba recibir un hechizo, golpe o mínimo que se enojara pero no paso nada. –Enrique vendrá por mí.

Voldemort se rió a carcajadas.

-Enrique no existe y nunca existió niña estupida –dijo Bellatrix.

-El vendrá por mi –repetí apenas moviendo los labios. –Harry lo hará.

-Lo sabemos Vanessa. Nunca pensé que tu relación con Potter me fuera un día de utilidad –dijo Voldemort con su fría voz. Me asusto la forma en que lo dijo y fruncí el ceño confundida, me estaba perdiendo de algún chiste. –Despreocúpate que el vendrá esta noche, claro, si es que le importas tanto como presume. Si no lo hace Bellatrix tendrá que matarte y no sabes las ganas que tiene de hacerlo desde el día que entraste a esta casa… Aunque conozco muy bien a Harry, todo saldrá de acuerdo al plan. Vendrá para impedir que su mujercita muera pero al final todos morirán de eso me encargo yo –solté un gruñido pero fingió no escucharme para dirigirse a Bellatrix -¿Estaba Harry solo cuando la trajiste?

-No mi lord –respondió la mujer –Estaba también la sangre sucia y el pelirrojo.

-Perfecto, por lo que se la sangre sucia siempre se encarga de hacerlo entrar en razón y eso me facilita las cosas. Seguramente intenta convencerlo de ir a pedirle ayuda a Dumbledore antes de venir aquí y también podré deshacerme del viejo… Todo saldrá de acuerdo al plan.

-No este tan seguro, Dumbledore es mucho mejor mago. Los de la Orden del Fénix y el Ministerio acabaran con sus mortifagos y también con usted.

-Vanessa, Vanessa, Vanessa –me dijo Voldemort y algo parecido a una sonrisa cruzo por su rostro –Olvidaba que no sabes nada de lo que esta pasando allá afuera. El Ministerio de Magia es mío, –cuando dijo eso comprendí lo de la chimenea. – todos los aurores están tratando de controlar a mis mortifagos pero la batalla la tienen perdida, una orden mía y quedaran reducidos a nada, lo único que me importa ahora es mantenerlos ocupados y que no interfieran en mis otros asuntos –escuche a Bellatrix reírse tras de mi y de reojo vi como seguía apuntándome con la varita –Si Potter hace lo que creo que va a hacer vendrá junto con Dumbledore y Hogwarts quedara desprotegido, ese colegio lo ansío desde hace mucho tiempo y al fin lo tendré.

Sonaba demasiado confiado, muy seguro de si mismo, fue imposible el poder contener una risa burlona. Sus ojos rojos se clavaron en mí por un momento y luego recordé algo que me interesaba saber así que pregunte sin dirigirme a uno de los dos en específico.

-¿Cómo nos encontraron?

-Fue sencillo –Bellatrix fue la que contesto –Sabíamos que existía la posibilidad de que volvieran a tu casa y bueno “tu esposo” no fue muy inteligente al salir de noche, así que arreglamos todo para que el plan se desarrollara hoy y bueno, tu eras la carnada perfecta para distraer a Dumbledore y a Potter y no creas que se me ha olvidado todas las que me debes –me tomo de los cabellos y jalo mi cabeza hacia atrás para obligarme a mirarla. –Me encargare de que tu muerte sea lenta y dolorosa –continuo mientras pasaba la varita por mi cuello.

-Contrólate Bella y apégate al plan.

Ella dio un resoplido y me soltó

-¿Lo hará usted o lo hago yo? –pregunto Bellatrix a su amo.

-No sabemos que tan resistente es.

-¿De que están hablando? –quise saber mientras me miraban inspeccionándome el rostro, pase la vista de uno al otro y cuando sus ojos se toparon con los míos pude notar que intentaban fisgonear en mi mente, dos a la vez seria demasiado, me empecé a marear.

-Antes de que mate a Harry le darás una sorpresita, quiero que luches contra él.

Yo me carcajee con ganas.

-Esta loco.

-Mi lord, yo quiero hacerlo –suplico Bellatrix y yo aun no entendía muy bien que se traían entre manos.

-No, lo haré yo –susurro Voldemort sacando su varita mágica y apuntándome directo al rostro -¡IMPERIO!

Lo que paso a continuación fue muy confuso, recuerdo que me resistí lo más que pude a su maldición, logre librarme de ella pero al instante Bellatrix me la lanzo de nuevo, así un par de veces hasta que al fin dominaron mi mente y lo único que se conserva en mi mente son vagas imágenes y sus voces como eco dentro de mi cabeza. “Tienes que destruir a Harry Potter, es tu enemigo”. También recuerdo que me dejaron en la sala de entrenamientos por mucho tiempo, ahí empecé a recobrar mi conciencia pero era como si ellos se dieran cuenta porque volvían a hechizarme y cuando tu llegaste a esa sala a mi rescate un gran sentimiento de odio me invadió y empecé a atacarte contra mi voluntad, yo era una vil marioneta, no sabia lo que hacia. Luego vino un destello y todo se volvió negro.

Abrí los ojos nuevamente, estaba tendida en el suelo y me dolía la cabeza y no solo por el golpe que me había dado al estrellarme en la pared sino porque también estaba muy aturdida, sentía que la cabeza me iba a explotar, levante la vista y vi dos rayos de color verde encontrándose en el centro de la habitación, al primero que vi fue a Voldemort dándome la espalda y me puse de pie tratando de saber lo que pasaba o a quien atacaba. Todos estaban concentrados en eso y nadie se dio cuenta de que me había puesto en pie.

-¡¿Es todo lo que puedes hacer?! –grito Voldemort a su oponente.

-¡No! –le respondieron y supe de inmediato que eras tu el que estaba al otro lado del salón defendiéndose y me recorrió un escalofrío solo de pensar en lo que podría pasar si su maldición asesina resultaba vencedora. Yo debía hacer algo que te diera ventaja, estaba furiosa con él y con Bellatrix por todo lo que nos habían hecho pasar así que le lance un hechizo por la espalda solo para distraerlo y funciono porque tu hechizo le dio en el pecho y cayo muerto.

-Nadie… se mete… con mi Enrique. –dije apretando los dientes, sin darme cuenta mi respiración era agitada claramente por la ira que sentía.

-¡AMO! –escuche gritar a Bellatrix mientras se arrojaba al cuerpo de Voldemort.

Poco me falto para matarla ahí mismo pero levante la vista y me encontré con tu mirada, al instante olvide todo lo que sentía y sonreí de manera automática. No me importo tener que saltar por encima del cuerpo de Voldemort y la odiosa esa y corrí hasta donde te encontrabas, creo que no te diste cuenta pero mi cabeza seguía que estallaba, tuve que concentrarme mucho en mi objetivo, es decir tu, para no perder el equilibrio. Te abrace con fuerza y me recargue sobre tu pecho.

-Perdóname, no sabia lo que hacia –fue lo que te dije mientras se me formaba un gran nudo en la garganta pues sabia que te había atacado pero no recordaba que tanto lo había hecho.

-No seas tontita, no eras tu lo que me torturo –me respondiste dándome un beso en la frente, yo me sentí aliviada, podía jurar que al fin seriamos felices pero la voz de Bellatrix interrumpió mis pensamientos de felicidad.

-¡IMBECILES NO SE QUEDEN AHÍ PARADOS, MATENLOS A TODOS!

Hechizos cruzaron por todos lados y la gente comenzó a gritar, un mortifago pretendía atacarnos fui tras él y te abandone. No me costo mucho derribarlo pero había muchos mas así que me enfrente a otro no sin quitarle la vista de encima a Bellatrix que subía las escaleras con el cuerpo de Voldemort en sus brazos, ver esa escena me dio repulsión. El suelo vibro y escuche como se caía uno de los muros de la mansion, muy a lo lejos escuche tu voz y sabia que estabas a salvo pero Ginny no podía decir lo mismo, estaba teniendo problemas con un par de mortifagos unos metros a mi derecha. Derribe al mortifago con el que estaba luchando y le lance un hechizo a uno de los mortifagos con los que ella luchaba antes de que la atacaran simultáneamente.

-Yo me encargo de él Weasley, mas te vale que termines con esa.

Era el mortifago mas estupido que había visto hasta ese momento, se reía y decía tontería y media, no me costo mucho poder derribarlo aunque no sabia por cuanto tiempo mas iba a seguir soportando la batalla, a momentos se me nublaba la vista y era un milagro que ningún hechizo me hubiera herido hasta entonces pero en eso escuche la risa desquiciada de Bellatrix y me gire demasiado rápido para verla desde lo alto de las escaleras, todo me dio vueltas, se me nublo la vista y se me aflojo el cuerpo, la escuche pronunciar la maldición asesina y supe que era mi fin pues no había nadie que se interpusiera entre ella y yo, comencé a caer sumiéndome en la inconciencia esperando a que llegara mi muerte, sentí que una parte de mi cuerpo ardía pero yo no tenia fuerzas para gritar y menos para poder abrir los ojos, sin embargo seguía escuchando los ruidos de la batalla a mi alrededor y me pregunte si de verdad había muerto.

-¡NOOO! –te escuche gritar a lo lejos y de nuevo quise abrir los ojos pero me fue imposible, era como si me hubieran lanzado un hechizo petrificante.

-¡La mate, la mate! –escuche decir a Bella riéndose a carcajadas.

-¡NO, NO, NO! –te volví a oír gritar aunque todas las voces comenzaron a apagarse mas y mas, se escucho un crujido y luego Hermione empezó a gritar tu nombre desesperada. De nuevo intente moverme y abrir los ojos pero fue inútil. Todo se volvió un oscuro silencio.



-Y eso fue lo que paso –dijo Vanessa volviendo al presente.

Harry no había dejado de mirarla mientras contaba su historia, tenia la boca entre abierta tratando de asimilar todo lo que había escuchado.

-Obviamente el hechizo de Bellatrix no cumplió su cometido –dijo ella y dibujo una sonrisa tímida. –Creo que los malestares que tenía durante esas semanas ayudaron a que sobreviviera y ahora estoy aquí de nuevo.

-Sigo sin entender –dijo Harry en voz baja. Vanessa se puso muy seria. -¿Por qué si el hechizo de Bellatrix no te mato te hiciste pasar por muerta? ¿Por qué lo hiciste?

-Yo…

-¿Te das cuenta de cuanto sufrí el que hubieras muerto?... ¡YO TE AMABA! ¿Por qué te alejaste? ¡Íbamos a casarnos y te fuiste!

-Harry no lo hice por gusto –dijo ella con ojos brillosos, no se esperaba esa reacción por su parte (al menos no tan pronto) –Lo que yo mas quería era estar a tu lado.

-No lo creo, de lo contrario no me habrías hecho sufrir de ese modo. ¡Dos años Vanessa! Han pasado dos largos años en los que yo como un tonto he visitado una tumba creyendo que era la tuya.

-¡NO FUE MI CULPA QUE ESTO PASARA! ¡TU ERES EL IDIOTA QUE NO SE DIO CUENTA DE QUE EN REALIDAD NO HABIA MUERTO!

En eso Harry recordó lo que paso después de que según él había visto morir a Vanessa, un candelabro le había caído encima y había permanecido inconciente durante tres semanas, cuando despertó todos le habían confirmado que ella estaba muerta. ¿Es que sus amigos habían cooperado con ella para que desapareciera de aquel modo? De nuevo necesitaba una explicación y una muy convincente.

-Estuve en el hospital por tres semanas, no presencie tu funeral. Todos me dijeron que estabas muerta y yo vi que Bellatrix te había lanzado la maldición así que también yo creí que habías muerto.

-¡Ah! Eso explica muchas cosas. Aun no tienes derecho a juzgarme si desconoces todo lo que ocurrió.

-Pues explícame lo que ocurrió para entenderte.

-Ahora no quiero –dijo ella haciéndose la digna y cruzándose de brazos sin mirarlo.

Harry puso los ojos en blancos, había olvidado lo berrinchuda y terca que podía ser la joven cuando se molestaba.

-Dime que paso después si es que no quieres que piense lo peor de ti –dijo Harry.

-Es complicado.

-Por favor dímelo. –pidió Harry buscando su mirada. Ella respiro hondo y profundo y solo lo vio por una fracción de segundo.

-¿Se lo dices tu o se lo digo yo? –pregunto Vanessa mirando por encima del hombro de Harry justo en donde se encontraban Ron, Hermione y Ginny observándola con temor.

martes, 2 de septiembre de 2008

CAPITULO 3 EL PESO DE LA CULPA


CAPITULO 3 EL PESO DE LA CULPA

La sonrisa de Harry desapareció al instante en cuanto vio a su visitante, ahora su expresión era horrorizada, si, horrorizada es la mejor palabra para describirlo, se le helo la sangre y se le erizo la piel.

-No… puede… ser –susurro de forma entrecortada por el miedo que sentía.

-Enrique…

De pie fuera de su puerta estaba parada una mujer. Su blanca piel era deslumbrante bajo los rayos del sol. Llevaba puestos unos jeans y una blusa de manga corta en color rosa. Extremadamente delgada y paliducha pero hermosa, parecía un ángel. En su cabello negro y ondulado tenía una cintita que hacia juego con la blusa. En el rostro tenia dibujada la mejor de sus sonrisas y lo que más resaltaba eran unos inconfundibles ojos azul zafiro que brillaban de alegría… Era ella…

-Mis alucinaciones han ido demasiado lejos –dijo Harry agitando la cabeza de un lado al otro desaprobando lo que veía, dio un paso hacia atrás y cerro la puerta azotándola con fuerza, se recargo sobre ella y cerro los ojos solo para ponerse a hablar consigo mismo.

–Harry, ya déjala ir, debes dejar de pensar en ella, estas soñando, ¡ella esta muerta!... Tu deseo de verla otra vez te esta volviendo loco. –se llevo ambas manos al rostro y volvió a agitar la cabeza de un lado al otro. Se puso pensativo y luego se empezó a reír. –Eres un tonto… ella ni muerta usaría el rosa ni jeans jajaja. Solo fue una alucinación. Estas loco Harry.

Volvieron a llamar a la puerta.

Harry se sobresalto. Titubeante tomo el pomo de la puerta “Son Ron y Hermione, son Ron y Hermione” se intento convencer; respiro hondo y profundo, no quería que sus amigos se dieran cuenta del ataque de locura que acababa de tener, abrió la puerta y…

-¡La próxima vez ten mas cuidado Ron! –exclamo Hermione mientras cruzaba el umbral.

-¡¿La próxima vez?! ¡¿La próxima vez?! –refunfuño Ron que como Ginny había dicho venia cargado con una gran caja de Sortilegios Weasley. Hermione puso los ojos en blanco.

-¿Por qué nos cerraste la puerta? –dijo Hermione parándose a su lado -Bueno, da igual gracias por abrirnos Harry. No se que paso pero los tres olvidamos nuestras llaves… ¿Estas bien?

-Si, si, perfectamente bien. –mintió Harry.

Hermione lo miro entrecerrando los ojos.

-Te ves pálido, es como si acabaras de ver al mismísimo Voldemort.

-Estoy bien, no es nada. –volvió a mentirle.

-Hum… ¿Ginny ya regreso?

-Si, esta arriba. –contesto Harry que muy disimuladamente asomo la cabeza a la calle pero no vio nada, estaba desierta. Cerró la puerta y regreso por el vestibulo cuando Ginny ya venia bajando las escaleras. -¿Encontraste lo que buscabas? –le pregunto a su novia.

-Si, creo que si.

-¿Y que era?

-Era… era sobre el partido de Quidditch del mes próximo, te dije que no era nada importante. –respondió ella tratando de sonreír.

-Tengo hambre, ¿vamos a comer o que? –dijo Ron que ya había votado la caja en un rincón.

Luego de un rato se sentaron a la mesa. Kreacher que ya era un poco más amable les sirvió la comida y la degustaron en silencio. Harry recordó algo y decidió comentárselo a sus amigos.

-Oigan, talvez Miranda venga a visitarnos un día de estos. –les dijo con una sonrisa, volteo a ver a sus amigos pero ellos lo miraban con el ceño fruncido.

-¿Le dijiste donde vivíamos? –pregunto Ginny sorprendida.

-¿Qué hay de malo en eso? –contesto Harry.

-Harry, creí que después de todo lo que has pasado en los últimos años ya habías entendido que no es bueno confiar tan fácil en la gente que se acerca a ti pero parece que aun no aprendes. –dijo Hermione. –Apenas la conoces y ya le dijiste en donde vivimos, eso fue un poco imprudente.

El muchacho se puso a reflexionar en lo que acababa de decir Hermione y lo peor de todo es que tenía razón. Miranda era una completa extraña y con toda la facilidad del mundo le había dado su paradero ¿de verdad había sido imprudente? aunque…

-Ginny la conoce. –se defendió mirando a la pelirroja que tenia enfrente.

-¿Yo?... Solo me la tope una o dos veces, en realidad no la conozco. –respondió y dio un sorbo a su jugo de calabaza.

-No parecía ser una mala persona, es inofensiva, se porto muy amable.

-Quirrell también parecía ser amable e inofensivo y resulto ser el mismísimo Voldemort. –dijo Ron.

-Y Barty Crouch Jr. cuando se transformo en Moody tampoco parecía una mala persona. Siempre fue una mascara para poder llegar a ti y hacerte daño. No es que quiera alarmarte Harry pero eso de que una bruja que parece ser amable en medio de un parque lleno de muggles se acerque a ti, justo a ti, no es una coincidencia muy común.

-¿Te dijo porque usaba las gafas y la gorra? –pregunto Ron. -La verdad es que yo la vi muy sospechosa, muy misteriosa. ¿Y si es peligrosa?

-No es peligrosa –exclamo Harry

-¿Cómo lo sabes? –le pregunto la castaña –Muchos de los mortifagos que se unieron a Voldemort aun no son encontrados, no me extrañaría que uno o una de ellos buscara venganza por la muerte de su amo ¿A que no te habías puesto a pensar en eso?.

“¡Rayos!” pensó Harry. De verdad odiaba cuando su mejor amiga Hermione tenia la razón. Aquella mañana había cometido un grave error ¿y si de verdad como decía la castaña se trataba de una mortifaga fugitiva y disfrazada? No quería ni imaginarse que de un momento a otro se aparecieran un montón de mortifagos sedientos de venganza. Dos años desde la caída de su amo seria más que suficiente para que se reorganizaran e intentaran atacar de nuevo. La muchacha del parque había preguntado:

“¿Tu casa esta a la vista de todos? Ya sabes, se suele acostumbrar que en poblados muggles las casas se escondan”

¿Por qué la insistencia en conocer esa información?... Harry trago saliva. A pesar de todo estaba una segunda opción: Miranda Yalek era una chica normal (o casi normal) que por coincidencias del destino se había topado con Harry y había charlado muy amenamente con él mientras esperaba a sus amigos. Solo eso, nada de que preocuparse. ¡No había nada de que preocuparse! ¡Ya no!

De nuevo paso un largo rato y todos parecieron sumirse en sus propios pensamientos o en la comida al menos en el caso de Ron que como de costumbre comía como si no lo hubiera hecho en años. Hermione a duras penas había tocado su plato y Ginny en todo el rato que llevaban ahí había evitado mirar a Harry. Ambas chicas se veían muy tensas, algo les preocupaba.

-¿Qué es lo que les pasa? –se decidió a preguntar Harry cuando ya iban a la mitad del postre. Las dos voltearon a verlo y luego se miraron entre ellas frunciendo el ceño.

-Nada Harry. –respondió Ginny y dibujo una débil sonrisa.

-Mujeres –murmuro Ron y siguió comiendo.

-¡Yo ya no lo soporto! –estallo Hermione y con brusquedad dejo caer los cubiertos sobre la mesa –Harry, necesito decirte algo.

-Hermione –dijo Ron en tono de advertencia.

-¿Decirme que?

-Hermione –volvió a advertir Ron mirando con preocupación a su novia y luego a su amigo –No le hagas caso Harry, debe ser algo sin importancia. ¿Verdad mi amor?

-Sabes bien que es importante Ron, ya no puedo con la culpa. ¡Tengo que decírselo! –su voz se entrecorto y Harry se confundió mucho.

-¡Hicimos una promesa Hermione!

-¡Al diablo con la promesa! –chillo la castaña.

-¡Ni siquiera estas segura de lo que vas a decirle! ¡No tiene caso que lo hagas!

-¡De todos modos tiene que saberlo!

-¡¿Para que?! ¡No puede hacer nada para cambiar el pasado! ¡Solo vas a hacerlo sufrir!

Harry observaba la discusión de sus amigos pasando la vista de un lado al otro de la mesa. Se estaba poniendo nervioso: Hermione quería decirle algo y Ron no estaba de acuerdo con que lo hiciera. ¿Tan malo era como para que se pusieran a discutir de aquel modo? Ron había dicho que no podía hacer nada para cambiar el pasado. ¿A que se refería? Le estaban ocultando algo y ahora no se detendría hasta que le dijeran de qué rayos estaban hablando.

-¡Se lo voy a decir!

-¡Por favor no lo hagas!

-¡MALDITA SEA! ¡Habla de una buena vez Hermione! –grito Harry y sus amigos se callaron al instante. Ginny parecía igual de confundida que Harry. Ron le lanzo una mirada asesina a su novia y la castaña hizo lo mismo con el aunque después su expresión cambio a una de preocupación y se mordió el labio inferior. –Estoy esperando una explicación –dijo Harry arrastrando las palabras.

-Harry… se trata de algo que no te dijimos hace dos años.

-Y que no tiene caso que se lo digas –interrumpió Ron un tanto molesto.

-Déjala hablar –dijo Harry. Ron refunfuñó y se cruzo de brazos sobre la mesa. Hermione se aclaro la garganta y respiro hondo antes de hablar nuevamente.

-Mira Harry quizá Ron tenga razón en decir que no tiene caso en que te diga lo que te voy a decir pero… pero es necesario que la sepas… Es cierto que no se puede hacer nada para cambiar el pasado y que puede que estemos equivocados pero digo, de todos modos algún día de estos te vas a enterar de lo que paso. Ron y yo prometimos guardar el secreto para no hacerte sentir mal o que te pusieras triste pero yo ya no puedo ocultártelo y pues…

-Hermione ¿podrías hacerme el favor de ir al grano? –dijo Harry que ya se estaba desesperando (y asustando también) de que su amiga se anduviera con tantos rodeos. La joven miro a Ron buscando un apoyo que no encontró. Hermione tenia que hacerlo sola.
–Tiene que ver con Vanessa –dijo Hermione pronunciando cada palabra con miedo.

Harry solo de escuchar ese nombre sintió un terrible escalofrío recorriéndole todo el cuerpo. ¿La razón? Simplemente porque tenia mucho tiempo que ninguno de sus amigos lo mencionaban (al menos no estando en sus cinco sentidos) y él para no molestar a Ginny también evitaba decirlo. Aunque no podía negarlo, el evitar decir su nombre había servido de mucho para poder huir del sufrimiento cada que la recordaba. Cuando alguien o él mismo querían referirse a Vanessa solo decían “Ella” y ahora Hermione la nombraba de nuevo, en realidad debía tratarse de algo importante y eso se notaba a leguas solo con mirarla a los ojos y verlos tan llenos de preocupación y nerviosismo.

-Hermione me estas asustando, dime ya que es lo que sucede.

-Tienes que perdonarme Harry.

-Primero habla.

-¿Recuerdas que cuando tu y Vanessa volvieron al cuartel ella estaba muy mal? –Harry asintió con la cabeza -¿Recuerdas que estaba muy pálida, se mareaba y parecía enferma?

-¡Como no voy a recordarlo! Hermione, te perdono todo pero ve al grano, la angustia me esta matando.

-¿Es que todavía no entiendes lo que quiero decirte? –él agito la cabeza de un lado al otro mirándola con el ceño fruncido –¡Ay Harry, no puede ser que no lo entiendas! –exclamo la castaña llevándose las manos al rostro y tapándose los ojos.

-No entiendo nada y si no me lo dices menos voy a entender.

-¿Recuerdas que nos preguntaste el día que volvimos a esa horrible mansión si sabíamos que era lo que tenia Vanessa?

-Lo recuerdo bastante bien, ustedes me dijeron que no sabían nada solo que para todos parecía enferma y…

-Esa es la clave de todo lo que te quiere decir Hermione –dijo Ron –Solo son cinco palabras que pueden provocar que te enojes, que te deprimas, que quieras matar a alguien, que no quieras volver a ver a ninguno de nosotros por no haberte dicho nada o también puede ser que no pase nada de nada de lo que te estoy diciendo ahora.

-Y volvemos a lo mismo, solo le dan vueltas al asunto pero no me dicen nada. –dijo Harry cruzándose de brazos.

-Mira Harry, lo que pasa es que Ron y yo si sabíamos lo que le pasaba a Vanessa. Aquel día te mentimos por tu bien. La madre de Ron nos dijo lo que ocurría. Aunque no estamos muy seguros pero lo que pensamos es lo más obvio y es algo muy triste, por eso no te dijimos nada.

-¡HERMIONE DILO YA! –grito Harry desesperado y al mismo tiempo golpeo la mesa con los puños lo que hizo dar un respingo a los otros tres que la ocupaban. Toda la atención se centro en Hermione.

-¡Vanessa estaba embarazada cuando murió! –exclamo Hermione de sopetón y se soltó llorando.

-¿Qué es lo que has dicho? –pregunto Harry no muy seguro de lo que acababa de oír.

-Vanessa estaba embarazada cuando murió. –repitió la castaña entre lagrimas.

Escuchar eso le cayó a Harry como un balde de agua helada y de nuevo un escalofrío le recorrió todo el cuerpo y la frase resonó en su cabeza varias veces “Vanessa estaba embarazada…” Con que de eso se trataba lo que Hermione no quería decirle, a lo que le daban tantas vueltas, lo que sus tres mejores amigos habían decidido ocultarle, lo que provoco que otro sentimiento se apoderara del muchacho. El enojo.
-
¡Por Merlín! –exclamo Ginny llevándose ambas manos a la boca.

-¿Te sorprendes? Seguro que también lo sabias –dijo Harry sin pensarlo.

-No Harry, Ginny no tiene culpa, ella no sabía nada, solo Ron, la señora Weasley y yo. Deja que te explique.

Harry no dejaba de lanzarle miradas asesinas, sin embargo esperó. Necesitaba saberlo todo. Hermione respiro hondo para poder hablar mejor pues gruesas lágrimas seguían resbalando por su rostro.

-¿Recuerdas que una mañana en Grimmauld Place la señora Weasley hablo con Vanessa? –Harry no respondió, sin embargo la castaña sabia que lo recordaba a la perfección –Bueno pues la señora Weasley nos dijo lo que había hablado con ella: Le pregunto que era lo que le pasaba, Vanessa le dijo que nada, obviamente no le creyó y ahí fue donde le pregunto si es que estaba embarazada porque tenia los síntomas característicos (nauseas, mareos, falta de apetito, etc, etc) ¿Sabes que fue lo que le contesto a la madre de Ron?

-“Si lo estoy o no es algo que a usted no le importa, no se meta en mi vida” –termino el pelirrojo la frase por Hermione –“Y mas le vale que no le diga nada de lo que su retorcida mente esta pensando a MI esposo ¿Me entendió?”

-Vanessa nunca se lo confirmo aunque te digo que es lo más obvio, la otra opción es que simplemente estuviera enferma pero nunca lo supimos a ciencia cierta –se encogió de hombros -y… y ustedes se fueron de la casa. Creímos que talvez ella te había comentado algo pero cuando nos preguntaste que si sabíamos lo que tenia nos dimos cuenta de que no. Por eso preferimos ocultártelo para evitarte un sufrimiento más grande del que ya tenias en ese momento.

-¡¿Por qué a mi no me dijeron nada?! –pregunto Ginny ofendida. –Debieron decirme lo que estaba pasando. ¿Es que no se dan cuenta de lo que hicieron?

-El que lo supieras iba a ser un golpe demasiado bajo para ti hermanita –dijo Ron. –Hay que reconocerlo, tú y Vanessa en el poco tiempo que se trataron nunca se llevaron bien. Tú querías a Harry pero él estaba con ella. El que supieras que Harry estaba esperando un hijo iba a ser demasiado para ti. Se te iba a romper el corazón y no queríamos eso para ti.

-Son unos tontos –murmuro la pelirroja –No tienen idea de lo que hicieron.

-¿Harry? –llamo Hermione a su amigo que al parecer encontraba mas interesante el plato que tenia enfrente. Harry tenía los brazos apoyados sobre la mesa y los puños fuertemente cerrados. No se movía ni parpadeaba, parecía una estatua. –Harry tienes que perdonarnos, Ya no podemos hacer nada para cambiar el pasado… Te lo ocultamos por tu bien.

-Por mi bien –repitió Harry en un susurro arrastrando las palabras y sus amigos se asustaron de la forma en que se escuchaba su voz. –Siempre es por mi bien, el problema es que nunca se ponen a pensar en lo que realmente quiero y necesito saber. No es justo… ¡No es justo! –empujo la silla hacia atrás y se puso de pie rápidamente para luego mirar lleno de furia a sus amigos. -Tu Hermione muy tranquilamente me dices que ya no se puede cambiar el pasado y eso lo se pero si lo que me están diciendo ahora me lo hubieran dicho hace dos años… ¡Arg! ¡¿Cómo pudieron hacerme esto?! Estuvieran seguros o no ¿Qué les costaba ir a donde estábamos viviendo para avisarme? ¡Solo era un maldito viaje por chimenea! –Harry hablaba entrecortadamente y las lagrimas amenazaban con desbordarse pero no sabia si del coraje, de la tristeza o de otra cosa. De cierta forma se sentía traicionado por sus mejores amigos -¡Y tu Ron! –exclamo señalando al pelirrojo de manera acusadora -¡¿Desde cuando aprendiste a guardar secretos?! Creí que eras mi mejor amigo…

-Tranquilízate mi amor –dijo Ginny que se puso de pie dispuesta a acercarse a su novio.

-¡No! ¡¿Tú piensas explicarme por qué te enojaste de lo que me ocultaron?! –Ginny se echo para atrás al oír que le hablaba de aquella manera. -¡El enojado debo de ser yo!

El ojiverde salio de la cocina realmente molesto y sus amigos fueron tras él. Lo encontraron sentado en las escaleras murmurando cosas que sus amigos no lograron entender.

-Harry perdónanos –insistió Hermione nuevamente.

-¡Todos son unos mentirosos hipócritas! –gritó el muchacho levantando la vista -¡¡¿HAY ALGO MAS QUE NECESITE SABER?, ¿VOLDEMORT O BELLATRIX NO MURIERON, O A ELLA LA ENTERRARON VIVA?, ¿QUE OTRA COSA ME OCULTARON?!!

Ninguno de sus amigos dijo algo y Harry ya no pudo soportar el enorme nudo que tenia en la garganta, se puso a llorar como tenia mucho que no lo hacia, nuevamente el dolor y el sufrimiento se apoderaban de él.

-Perdí a una gran mujer... –dijo entre lágrimas -…Y ahora me entero de que también perdí a un hijo… Todo pudo haberse evitado si ustedes no se hubieran quedado callados ¿aun así esperan un perdón inmediato?... Así no funcionan las cosas –dijo agitando la cabeza de un lado al otro. Después se puso de pie, se limpio las lágrimas con la manga y se dirigió a la puerta ignorando las miradas tristes de sus amigos.

-¿A dónde vas? –pregunto Ron.

-Necesito estar solo, no quiero estar aquí. –respondió Harry sin mirar atrás.

-¡NO HARRY! –grito Ginny y Harry preocupado por el sonido de su voz decidió voltear a verla. Estaba llorando y tenía un brazo extendido en dirección a él. –La última vez que te oí decir eso desapareciste de mi vida por más de un año… Por favor no te vayas… te lo suplico.

Las expresiones de Harry pasaron del enojo a la confusión por lo que le acababa de decir Ginny y luego a la tristeza cuando comprendió a lo que se refería.

-De verdad necesito estar solo y pensar en lo que me acaban de decir. –dijo el muchacho lanzándole una mirada furtiva a Hermione que agacho la cabeza bastante apenada.

-Harry… -suplico la pelirroja dando un paso al frente.

-Háganme un favor –dijo Harry ignorando la suplica de su novia –No me sigan y no cometan la estupidez de llamar a media Orden del Fénix si no regreso en una o dos horas. No volverá a pasar lo mismo que la última vez. –Ginny abrió la boca para replicarle pero Harry hablo antes que ella. –Y si no llegara a regresar en una semana a esta casa entonces… preocúpense por mí.

Eso fue lo ultimo que dijo antes de salir y azotar la puerta tras él. Fuera de la casa ya era pleno atardecer y casi como de costumbre la calle estaba desierta. Bajó los escalones y echo a andar sin rumbo fijo pero con paso decidido. Lanzo una mirada rumbo a la casa casi esperando que de un segundo a otro sus amigos salieran por la puerta para detenerlo ignorando lo que acababa de pedirles pero la puerta no se abrió y aliviado siguió caminando. Para cuando se dio cuenta ya se encontraba nuevamente en los límites del parque donde las ultimas familias de muggles ya se marchaban a sus casas. Estaba a punto de sentarse en una banca vacía cuando escucho su nombre varios metros a lo lejos.

-¡Oye Harry! ¡Harry Potter!

El muchacho se giro para ver quien lo estaba llamando y vio a la chica de las gafas oscuras y gorra, traía puesta la misma chamarra deportiva con la que la había visto en la mañana pero ahora traía zapatillas, jeans y de uno de sus brazos colgaba un pequeño bolso. Harry hizo una mueca al verla y en lugar de sentarse como pensaba hacer siguió avanzando como si no la hubiera escuchado y esperando que ella entendiera la indirecta. Sin embargo Miranda lo alcanzo.

-Hola –saludo gentilmente mientras avanzaba a un lado de Harry.

-Tu de nuevo –respondió el muchacho muy cortante. Ella dio un respingo ante la contestación pero siguió caminando a su lado.

-Vaya, parece que te hicieron enojar.

Harry se detuvo y la miro con ojos asesinos.

-¡Eso no te importa, lárgate y dejame en paz!

-Tienes un pésimo carácter ¿lo sabias? –dijo ella con toda la tranquilidad del mundo sin moverse de donde estaba.

-¡Solo dime que es lo que quieres y vete!

-Yo pues… estaba por aquí (otra vez), te vi y quise saludarte.

-Genial, ya lo hiciste. Ahora vete

-No voy a irme solo porque lo digas tú, los parques son lugares públicos ¿no? ¿Qué fue lo que te hicieron? En la mañana parecías mucho mas amable. ¿Por qué ahora estas tan enojado? –pregunto Miranda y de nuevo Harry tuvo la sensación de que através de las gafas oscuras un par de ojos se clavaban en los de él.

-Eso no te importa –dijo Harry arrastrando las palabras y volviendo a avanzar por el pasillo del parque con la joven siguiéndolo.

-Perdón, no es mi culpa ser una mujer tan curiosa.

Harry nuevamente se detuvo, respiro hondo y se quedo observándola.

-No se si pueda confiar en ti, a penas te conozco… ¿Cómo se que no eres peligrosa?

-¿Te lo parezco?

-Ese es el problema, a simple vista no pareces peligrosa.

-Créeme Harry Potter que si fuera peligrosa… -volteo el rostro a los lados para asegurarse de que no hubiera muggles cerca –… Tú ya estarías muerto.

Harry trago saliva y vio como la chica se llevaba una mano a los bolsillos de sus jeans, él de forma inconciente hizo lo mismo en busca de su varita mágica y si Miranda pretendía atacarlo ser mas rápido que ella

-No pretendo hacerte daño. –dijo ella riéndose al notar la reacción de Harry –Solo quiero charlar y creo que tu también deberías hacerlo. A veces es bueno hablar de nuestros problemas… ¿Por qué estas tan molesto? –volvió a insistirle acercándose a la banca mas cercana y sentándose en ella segura de que el muchacho hablaría. Harry resoplo solo de recordar lo que había pasado aquella tarde y empezó a caminar de un lado al otro como león enjaulado. –Vamos, cuéntame… yo no le diré nada a nadie.

-Mis amigos me mintieron –empezó a hablar Harry sin parar en su ir y venir. -¿Por qué me ocultaron eso? ¿Cómo fueron capaces de no decirme nada? ¡Y ella! ¿Por qué ella no me dijo nada? Yo la hubiera cuidado… ¡pero soy un tonto que no se dio cuenta! Ahora es tan obvio… –continuo hablando emitiendo un gruñido mas para si mismo que para la joven que la escuchaba.

-Perdona que te interrumpa pero… ¿Quién es ella?

-¡Vanessa! Ese era el nombre de mi esposa… Me acabo de enterar que estaba esperando un hijo mío cuando murió.

-¡Oh! –se escucho una débil exclamación de la chica al comprender el asunto.

-Mis amigos, Ron y Hermione lo sabían y nunca me lo dijeron –Harry se detuvo y se cruzo de brazos –Si lo hubieran hecho muchas cosas serian diferentes ahora y yo… es mi culpa, soy un imbecil por no haberme dado cuenta. ¡Todo es mi culpa!

-Veo que sigues con tu síndrome de culpabilidad. Estoy de acuerdo contigo en que eres un imbecil –dijo ella y Harry la miro con el ceño fruncido –Lo eres por culparte de todo lo que sucede a tu alrededor. Yo creo que tu ex esposa se enojaría mucho de ver como te destrozas culpándote de todo lo que les paso.

-Pues yo también estaría enojado con ella.

-¿Ah si? –pregunto la muchacha con curiosidad.

-Si, estoy enojado con ella porque no me dijo que estaba embarazada y porque nunca dejo que la llevara con un sanador.

-Humm… Quizá ella esperaba un mejor momento para decírtelo o… talvez ni ella misma sabía que estaba embarazada. Deberías pensar en que si fue de ese modo, Vanessa (así dijiste que se llamaba ¿no?) murió sin darse cuenta.

-Te gusta hacer suposiciones ¿verdad? –pregunto Harry.

-Me gusta verle el lado positivo a las cosas, eso es todo –respondió ella encogiéndose de hombros y con una sonrisa en los labios. –Dime algo, ¿Estás seguro de que tu mujer estaba embarazada?

Harry se quedo pensando por unos segundos, sus amigos le habían dicho que podía estar embarazada o solo enferma.

-No.

-Magnifico –dijo ella –Te quieres culpar de algo de lo que ni siquiera estas seguro. No cabe duda… eres un imbecil.

Harry puso los ojos en blanco.

-¿En que piensas? –pregunto ella después de unos minutos en los que el muchacho nuevamente caminaba de un lado al otro.

-No se si podré perdonar a mis amigos, estuviera o no embarazada fue muy grave lo que me ocultaron.

-Creo que estas exagerando demasiado. Seguro lo hicieron para no verte sufrir. Muchas veces las personas ocultan pequeños secretos para no herir a sus seres amados. –la chica suspiro –Si yo estuviera en tu lugar perdonaría a mis amigos. Yo no echaría a perder una amistad por algo que paso hace mucho tiempo. Pero obviamente tú sabrás cuales son las mejores decisiones. Puedes vivir infeliz y sin amigos o semi-infeliz y con amigos a tu lado.

Miranda dibujo una sonrisa y Harry trato de imitarla. Luego de eso la miro alzando una ceja.

-¿Qué? –pregunto ella al percatarse de la forma en que la observaba.

-Ahora que recuerdo… ¿Por qué estas aquí? Dijiste que estarías toda la tarde ocupada tratando de reconciliarte con tu ex.

-No quiero hablar de eso –respondió Miranda agachando la cabeza y jugueteando con la correa de su bolso.

-Según tu a veces es bueno hablar de nuestros problemas –dijo Harry que ya más sereno fue a sentarse a su lado.

-Digamos que fracase en el intento, él se rehúso a hablar conmigo aunque yo ya me esperaba eso. Es un tema bastante complicado de explicar –respondió la muchacha con tristeza.

-Supongo que intentaras hablar con él en otra ocasión.

-Si, ahora mas que nunca necesito hablar con él –dijo ella

-Pues ojala y esta vez corras con mejor suerte. –dijo Harry estirando una mano para tomar el brazo izquierdo de ella en señal de apoyo pero al instante la muchacha dio un respingo y se alejo hasta quedar en una orilla de la banca para que Harry no la tocara. En eso la misma musiquita que había escuchado volvió a sonar lo que provoco un nuevo respingo en la joven y que nerviosamente abriera su bolso para sacar el teléfono móvil de su interior.

-¡Rayos! –murmuro Miranda al ver el numero –Solo dame un minuto.

Harry asintió con la cabeza.

-¿Qué paso? –fue lo que dijo la joven en cuanto contesto el teléfono. –Ya veo… no pasa nada… -Harry la observaba notando nuevamente un dejo de preocupación en su voz. –En cuanto me desocupe estaré ahí… No lo se pero será pronto, todavía tengo cosas que hacer… ¿Podrías pasarle el teléfono?... Gracias… –La chica ladeo el rostro en dirección a Harry que seguía observándola. El muchacho desvío la vista a otro lado pero ya era un poco tarde para disimular que la estaba mirando. La chica hizo una mueca y se puso de pie –Oye mi amor… -fue lo ultimo que Harry le oyó decir a Miranda mientras se alejaba un par de metros para poder hablar sin que chismosos como Harry la escucharan.

Unos minutos mas tarde Miranda regreso a donde Harry estaba.

-¿Mas problemas con tu vecina? –dijo Harry tratando de que ella le dijera con quien había hablado por teléfono –Por qué ella te llamaba de nuevo ¿no? Espero que el favor que le pediste no haya sido la elaboración de una poción. –dijo entre risas.

Miranda no le respondió nada y guardo el teléfono manteniéndose de pie a un lado de Harry.

Harry casi podía jurar que a través de las gafas tenia los ojos entrecerrados disgustada por el comentario que había hecho pero dudaba que algún día pudiera confirmar sus sospechas. Paso cerca de otro minuto en el que ninguno dijo nada y ella mantuvo el rostro en dirección a él.

-¿Por qué me miras así? –pregunto el muchacho intimidado.

-¿Y como sabes que te estoy mirando? –respondió ella y dibujo una sonrisa.

-¿Por qué utilizas gafas oscuras? –pregunto Harry ahora que se tocaba el tema.

-Para protegerme. –dijo ella y le dio la espalda.

-¿Protegerte de que? –volvió a insistir Harry.

-¿Del sol? –fue la contestación de ella con notorio sarcasmo. Harry se levanto de la banca y se paro junto a ella.

-¿Protegerte del sol cuando esta a punto de anochecer? No te creo.

-Entonces no me creas… -Miranda se encogió de hombros –Me gustaría seguir platicando contigo pero tengo que irme. Mientras regresaba a este parque me encontré con mis padres y me invitaron a cenar a su casa. ¿No quieres acompañarme? –le pregunto dedicándole una sonrisa.

Harry abrió mucho los ojos, era algo que no se esperaba. Un gesto muy gentil de su parte y una invitación muy tentadora pero…

-Muchas gracias pero creo que no puedo acompañarte, me gustaría estar solo e ir al cementerio por lo que te conté hace un rato.

-Bueno, no importa, será en otra ocasión... Supongo que la tumba de tu esposa no queda lejos de aquí.

-De hecho si queda lejos de aquí, la enterraron en Hogwarts ¿lo conoces?

-Por supuesto que lo conozco pero… ¿no crees que sea muy tarde como para ir al cementerio?

-Necesito ir, perdón por rechazar tu invitación pero supongo que la semana que viene puedes venir a visitarnos y así conocer mejor a mis amigos ¿no?

-Por ese comentario supongo que los perdonaras. Eso me alegra mucho y… la verdad no creo que vaya a ir un día de estos a tu casa. Le prometí a tu novia que ya no me vería por aquí, no quiero disgustarla. Adiós Harry. –dijo Miranda y sin previo aviso se desapareció del lugar dejando a Harry parado como un tonto.

-Adiós… -dijo el ojiverde en un susurro.

El muchacho volteo a todas direcciones esperando que un muggle no hubiera visto nada pero el lugar estaba desierto así que aprovecho y también se desapareció del parque para dirigirse al cementerio de Hogwarts.

lunes, 1 de septiembre de 2008

CAPITULO 2 UNA PERSONA "NORMAL"

CAPITULO 2 UNA PERSONA “NORMAL”

La muchacha tenía el torso ligeramente torcido en dirección a Harry y lo más curioso de todo es que también llevaba una rosa en la mano. El ojiverde le sonrío para no ser grosero.

-En realidad no –contesto volviendo la vista a su rosa –Es para mi ex esposa.

-Ya veo, eres divorciado.

“Que metiche es la gente” pensó Harry “Pero supongo que no me hará daño platicar con alguien alejado de todo el mundo de los hechizos y pociones”

-Tampoco soy divorciado, soy viudo.

-Te ves muy joven como para ser viudo. –su voz era muy dulce, imposible no seguirle la conversación.

-Lo se, mi esposa murió hace poco mas de dos años. Creo que soy de los viudos más jóvenes que existen… Enviudar a los 18 es un poco… irónico.
Harry nuevamente la miro y aunque ella llevaba gafas oscuras sentía su mirada clavada en él. Intimidado volvió a mirar al frente. Aun no había señal de sus amigos.

-Para serte sincera si es algo irónico, mejor dicho no es muy común que pase eso… ¿La querías mucho?

-Ya lo creo, ella y yo nos amábamos demasiado pero la asesinaron frente a mis ojos y yo no pude hacer nada para salvarla.

-Lo siento mucho.

-Fue mi culpa –dijo Harry como si alguien lo estuviera juzgando ¿Por qué era que se ponía a hablar de su dolor con una completa desconocida a la quizá no vería jamás?

-¡¿Tu culpa, acaso tu la mataste?! –pregunto la chica un poco sorprendida por la declaración.

-No exactamente, pero por mi culpa la mataron. Cometí muchos errores aquel día.

-Entiendo… Tienes el síndrome de culpabilidad. Suele pasar –Harry de reojo vio como se encogía de hombros. –¿No te has puesto a pensar que quizá era su destino? ¿Que tú esposa solo estuvo a tu lado para hacerte feliz por un tiempo? No se como habrá sucedido y por mi salud mental prefiero no saberlo pero no deberías sentirte culpable. Las cosas pasan por algo.

-Todos me dicen lo mismo. –dijo Harry en voz baja

Se quedaron callados por alrededor de un minuto luego Harry paso la vista de la joven a la flor de ella.

-¿Una flor para tu novio? –pregunto y ambos se rieron.

-Si por lo menos tuviera un novio –contesto con sarcasmo –Es para mi ex esposo.

-Vaya, nada mas me falta que tu también seas viuda –dijo Harry poniendo los ojos en blanco. Lo más probable es que esa mujer solo le estuviera tomando el pelo.

-No, no tengo tan mala suerte. El y yo… vivimos separados desde hace algún tiempo…
Hoy por fin voy a verlo.

-Pues que te vaya bien.

-Ojala –dijo entre dientes.

-No lo dices muy convencida, hablas como si no quisieras verlo. ¿Tan malo fue su matrimonio?

-El matrimonio fue genial, éramos felices solo que un día la separación fue inevitable –se encogió de hombros. “¿Dónde he oído esa frase?” se pregunto Harry. Ella continúo hablando. -Ambos hemos hecho nuestras vidas separados. Lo que me preocupa es como vaya a reaccionar al verme, él no sabe que voy a visitarlo… se va a asustar –la joven suspiro.

-¿Y nunca pensaron en darse una segunda oportunidad?

-No hubo tiempo para pensar en eso. Un día estábamos juntos y al otro ya no. Todo termino de una forma muy abrupta.

-Al menos tú puedes verlo de nuevo –dijo Harry en un susurro.

-Nuestros casos son un poco similares ¿no crees? Ambos perdimos a nuestras parejas. Supongo que tú después de dos años rehiciste tu vida, tienes novia o incluso te casaste de nuevo y la que fue tu esposa quedara en el olvido.

-¡Eso nunca! –exclamo Harry algo altanero, ella se sobresalto y dio un brinquito. –Perdona, no quise gritar…

-Perdóname tú por hacer ese comentario, fue muy estupido. –le interrumpió.

-Tengo novia la quiero mucho y se que puedo ser feliz con ella pero la que fue mi esposa nunca quedara en el olvido. –esperó un poco pero ella no dijo nada. -Supongo que tú también rehiciste tu vida y encontraste a alguien que te quiera.

-No, eso se termino para mí.

-¿Por qué? Digo, eres joven, pareces simpática y seguro que tras esas gafas oscuras ocultas unos hermosos ojos.

La chica ladeo la cabeza hacia un lado para no ver el rostro de Harry, parecía un poco avergonzada.

-Gracias por el cumplido… Lo digo porque yo solo he amado a un hombre y se que no puedo amar a nadie mas.

-Y ahora que piensas ver de nuevo a tu ex ¿no crees que puedan ser felices juntos?

-No lo se –se encogió de hombros y nuevamente volvió el rostro hacia el ojiverde. –Todo depende de muchas cosas. Según me contaron ya tiene una nueva pareja… ¿Te puedo hacer una pregunta y no te molestas? –Harry frunció el ceño –Bueno, te hago la pregunta y tu sabrás si contestas o no. Ni siquiera es una pregunta, más bien es una suposición.

-Te escucho.

-Supongamos que tu eres el ex esposo, tienes a tu novia y tu ex esposa llega de repente (se que en tu caso no aplica porque tu ex esta muerta) Pero “supongamos” eso, solo quiero que me ayudes a hacerme la idea de lo que va a pasar en mi caso y porque tu eres hombre, yo no se como piensan ustedes y…

-¿Cuál es la pregunta?

-¿Volverías con tu ex esposa?

-¿Si fuera mi caso?

-Exacto.

Harry se quedo pensativo por unos segundos; era una pregunta un tanto complicada, quería a Ginny pero en su tiempo había querido a Vanessa. Si eso sucediera en su caso lo mas seguro es que elegiría a… “Qué pregunta tan mas tonta” pensó Harry. No podía ponerse a pensar en la respuesta porque para él eso nunca sucedería.

-Lo siento, no puedo responderte eso y no deberías fiarte de lo que yo te dijera. Estas olvidando que no todos los hombres pensamos igual y debes reflexionar sobre como termino su relación. Si fue tan abruptamente como dices lo que yo te diga no tiene la minima importancia, son casos completamente diferentes.

-Muy cierto, no había pensado en eso… -miro a su rosa, parecía un poco triste. –De todos modos muchas gracias.

Harry la observo, después de unos segundos sonrío y volteo a verlo.

-Creo que soy una grosera, todo este rato platicando y ni siquiera me he presentado… Me llamo Miranda Yalek –estiro la mano libre para estrechar la de Harry –Se que suena extraño pero ese es mi apellido.

-Yo me llamo…

-Harry, Harry Potter.

-Espera –el chico frunció el ceño y alejo la mano con la que pretendía saludarla –¿Como sabes mi nombre?

Ella se rió por lo bajo y se acerco un poco mas a él para que nadie pudiera oírlos

-En el mundo mágico todos conocen tu nombre. El chico que venció al señor Tenebroso. Te reconocí por la cicatriz, toda una leyenda.

-¿Eres una bruja? –La joven asintió con la cabeza y Harry torció el gesto un poco molesto. Recargo la espalda en la banca mirando al frente –Y yo creyendo que platicaba con una persona normal.

-Siento decepcionarte. Te vi y me entro curiosidad de conocerte.

-Humm…

-Tengo toda la pinta de ser muggle ¿no? –continuo alegremente como si no lo hubiera escuchado mientras se señalaba a si misma

-Si –respondió secamente.

-Esto es lo que sucede cuando vives muy cerca de los muggles.

-Nuca te había visto ¿te acabas de mudar?

-No me habías visto porque no vivo aquí… De hecho ni siquiera recuerdo que hago aquí. Un simple paseo supongo… Tienes razón en eso de que me acabo de mudar. Mi casa esta al norte de la ciudad ¿Tu vives por aquí?

-Mi casa esta cerca ¿Conoces la calle de Grimmauld Place? –ella asintió de forma dudosa –En el numero 12 vivo junto con mis amigos. Si algún día quieres ir a visitarnos seria un placer…

-Gracias por la invitación… ¿tú casa esta a la vista de todos? Ya sabes, se suele acostumbrar que en poblados muggles las casas se escondan.

-Los muggles no lo ven, los magos si. Antes la casa estaba protegida bajo en encantamiento Fidelius por… (Es una larga historia)… Ahora que Voldemort y sus mortifagos no están ya no lo consideramos necesario.

Se empezó a oír una musiquita. La chica se llevo una mano a los bolsillos y saco un teléfono móvil.

-¿Lo ves?... Esto es lo que sucede cuando convives con muggles –dijo ella enseñándole el teléfono a Harry –Solo dame un minuto.

-Claro –contesto el ojiverde. Le era de lo mas extraño que una bruja estuviera cargando con uno de esos.

-¿Diga? –respondió Miranda con la vista al frente. -¿Se encuentra bien? ¿No se hizo daño?... –pregunto a su interlocutor. Harry la observaba; por el tono de su voz algo le preocupaba. –…Menos mal, gracias por avisarme… ¿No te importa tener que hacerlo hasta la noche? Voy a estar muy ocupada toda la tarde –su voz volvió a ser tranquila y dulce –Muchísimas gracias, eres un amor… Si, si ¡Por fin!... Luego te explicare los detalles… Hasta pronto. –Fue lo último que dijo y colgó el teléfono. Luego volvió a girar un poco el torso en dirección a Harry.

-¿Todo bien? –pregunto el muchacho con curiosidad.

-Si, era un vecina muggle. Ella me esta haciendo un gran favor y llamo para informarme como van las cosas, hubo un pequeño inconveniente pero nada que no se pueda solucionar. Descubrí que los cacharros muggles pueden ser de gran utilidad.

Harry observo como se dibujaba una sonrisa en sus labios y guardaba el teléfono nuevamente en sus bolsillos. De repente la sonrisa de Miranda se convirtió en una mueca de dolor y se abrazo el cuerpo con los brazos por unos segundos. El muchacho abrió la boca para preguntar si le ocurría algo pero Miranda fue mucho más rápida y hablo antes que él lo hiciera.

-Ya tengo que irme, me están esperando –la chica nuevamente dibujo una sonrisa y se puso de pie.

-¿Te están esperando?... Creí que le caerías a tu ex de sorpresa –dijo Harry que también se puso de pie.

Ella se empezó a reír.

-Primero debo ir a mi casa para arreglarme un poco, no puedo presentarme en estas fachas… Toma, te la regalo. –dijo ella extendiéndole la flor a Harry que no se movió. –

-Dijiste que era para tu ex

-Por favor tómala, así tendrás una flor que regalarle a tu novia y otra para memoria de tu esposa.

-Gracias –dijo el tomando la flor y sonrojándose un poco. -¡Mira, ahí vienen mis amigos! Antes de que te vayas me gustaría presentártelos.

Ella se puso seria y volteo a la dirección donde Harry señalaba. Ron Hermione y Ginny se acercaban a Harry riéndose de algún chiste que el pelirrojo había contado.

-Ay Harry, ¿Dónde estabas? –pregunto Hermione.

-No los veía, decidí esperarlos aquí y me encontré con ella que pertenece al mismo mundo que nosotros, es una bruja. -Los amigos de Harry examinaron a la muchacha con la mirada –El es Ron, su novia Hermione y ella es…

-Hola Ginny –dijo Miranda con alegría interrumpiendo la enumeración de Harry.

La pelirroja abrió mucho los ojos y Harry frunció el ceño confundido. La cara de sorpresa de Ginny contrastaba mucho con la sonrisa que se dibujaba en el rostro de la otra joven.

-¿Ustedes… se conocen?

-Si, pero parece que Ginny ya no lo recuerda y no la culpo… Solo nos vimos en dos ocasiones hace mucho tiempo… -dirigió la vista a Ron y Hermione que estaban igual de confundidos que Harry. –De nuevo estoy siendo grosera. Mi nombre es Miranda.

-Mucho gusto –respondieron pelirrojo y castaña al mismo tiempo.

-¿Miranda? –repitió Ginny y su expresión de sorpresa desapareció un poco. La joven de las gafas oscuras asintió con la cabeza.

-Un placer conocerlos pero ya tengo que marcharme. Adiós Harry Potter, me gusto mucho platicar contigo.

-Adiós –dijo Harry con una sonrisa.

Miranda dio media vuelta y dio un par de pasos, en eso Ginny la tomo del brazo.

-¿Puedo hablar contigo un momento? –le dijo en voz baja.

-Solo un momento, tengo cosas que hacer –contesto Miranda.

Ginny les lanzo una mirada a sus amigos. Ron y Hermione fueron los primeros en entender que quería hablar a solas con ella.

-Eh… oye Harry, ¿nos acompañas al callejón Diagon? Los gemelos ayer me estuvieron presumiendo de una nueva creación y tengo curiosidad de saber que es –dijo Ron.

-Vayan ustedes, yo los espero en la casa –respondió Harry que se acerco a Ginny y le dio un beso en la mejilla –Para ti –le entrego las dos flores.

-Te quiero –dijo la pelirroja dedicándole una sonrisa.

Harry solo sonrió, se dio media vuelta y se marcho.

-Nos vemos en un rato Ginny –dijo Ron y se fue junto con Hermione.

-Me siento culpable Ron –dijo la castaña avanzando abrazada a su novio mientras miraba la dirección por donde Harry se había ido.

-¿Culpable por qué?

-Debemos decirle a Harry lo que sabemos.

-Tú y yo prometimos guardar silencio. No podemos decirle nada y… tú fuiste la de la idea.

-Ya lo se pero merece saber la verdad.

-Una verdad que lo haría sentir desdichado. Harry esta rehaciendo su vida con mi hermana, déjalo ser feliz Hermione.

-Pero…

-Si ya guardamos el secreto por dos años ¿que nos costaría mantenerlo por 20 o 30 años más?

Se detuvieron y Ron le dio un beso en la boca para evitar que la chica replicara. Luego se metieron en una calle solitaria y se desaparecieron para aparecerse lo más cerca posible del Caldero Chorreante y así entrar al callejón Diagon…

**********

En el parque en cuanto Ginny vio que sus amigos se alejaban echo a andar a un lado de Miranda en dirección contraria.

-¿Qué haces aquí? –pregunto Ginny.

-Lo que hace cualquier otro –respondió la chica con singular alegría –Pasear, disfrutar del aire fresco y del sol.

-Sabes a lo que me refiero.

Ginny escucho que la chica se reía un poco.

-No pensaste que pasaría toda mi vida viviendo en un mismo sitio ¿O si Ginny?

-Necesito saber algo… ¿Todo sigue igual que la ultima vez que te vi?

-Todo sigue igual –respondió Miranda con tristeza y dando un suspiro.

-¿Ningún cambio?

-Ni uno solo y todo indica que jamás habrá uno, ni para bien ni para mal.

-Me parece bien.

-¡¿Te alegras por eso?! –Miranda elevo un poco la voz, no estaba de acuerdo con el comentario de Ginny.

-¡Por supuesto que no me alegro! Lo que me parece bien que las cosas no hayan empeorado aunque hay algo que no entiendo… ¿Te dejaron ir así como así? -Ginny volteo el rostro para poder observarla mejor, de manera extraña se volvía a dibujar una sonrisa en la cara de Miranda.

-Se nota que nunca lees el periódico. Estaba aburrida y… -se rió –… me escape, me están buscando como locos desde la semana pasada pero nunca me van a encontrar… ¿Te parezco peligrosa? ¿Quién podría sospechar de mi vestida como estoy? Hasta Harry creyó que era una muggle… El es tu novio ¿verdad?

-Aja.

-Es un hombre bastante apuesto.

-¿De que hablabas con mi novio? –quiso saber Ginny que tenia el ceño fruncido.

-Eres una mujer muy celosa ¿lo sabias?...Me estuvo contando de la muerte de su esposa.

-¿Qué te dijo sobre ella?

-No mucho –parecía que Miranda no había notado la desesperación en la voz de Ginny al querer conocer esa información –Que le dolió su muerte, que la extraña… se ve que la quería mucho. Una de las rosas que traes en la mano era para ella… ¿eso no te afecta? ¿No te molesta vivir con su sombra?

-Harry me quiere ahora.

-Si tú lo dices –dijo Miranda en un susurro.

-¿Dijiste algo?

-No nada –mintió ella y se detuvo. Ya se encontraban al final del parque bajo la sombra de los árboles muy alejadas del resto de la gente.

-Tu voz se escucha diferente a como la recuerdo. –dijo Ginny.

-¿En serio? Nunca antes me lo habían dicho ¿Y se oye linda mi voz? –pregunto Miranda de forma efusiva y casi parecía que se iba a poner a saltar. La pelirroja sonrió y asintió con la cabeza -¡Genial!... Oye ¿Tu si sabes la historia de como Harry Potter derroto al señor Tenebroso?

-Si, ¿Por qué?

-Porque supongo que podrías responderme una pequeña duda. Escuche que lo venció enterrándole la espada de Godric Gryffindor directo al corazón ¿es cierto eso?
Ginny se rió a carcajadas, ya no parecía tan preocupada ante la presencia de Miranda

-¿Quién te dijo semejante disparate?

Miranda se encogió de hombros.

-Vaya que a la gente le encanta cambiar las historias –añadió Ginny

-A unos más bien les gusta inventar historias ¿no crees?… Ya tengo que irme, se me hace tarde.

-Solo un par de preguntas más. ¿Vives por aquí cerca?

Ella negó con la cabeza.

-¿Te volveré a ver?

-No lo creo –respondió Miranda con una sonrisa. –Y dudo que quieras verme ¿O me equivoco? A Miranda Yalek nunca la volverás a ver –En ese momento decidió quitarse las gafas, y miro a Ginny directo a los ojos.

-Bueno, adiós yo también tengo que volver con Harry –dijo la pelirroja rápidamente y muy nerviosa, se dio media vuelta y literalmente se echo a correr.

-Adiós Ginny Weasley –le escucho decir a Miranda y se paro en seco “Yo nunca le dije cual era mi apellido”. La pelirroja se giro rápidamente para verla de nuevo pero Miranda ya no estaba ahí, se había desaparecido…

*********

En Grimmauld Place ya pasaba del medio día, Harry estaba en una de las habitaciones cuando escucho que llamaron a la puerta y se le hizo un poco extraño pues sus amigos tenían llave y no podían ser cualquiera de sus otros conocidos porque los acababa de ver el día anterior. Bajo las escaleras y fue a abrir… Era Ginny.

-Gracias Amor –dijo la pelirroja dándole un tierno beso en la boca –Lo siento pero olvide mi llave. Voy a poner las flores en agua.
La chica paso por su lado y recorrió el vestíbulo para dirigirse a la cocina. Harry cerró la puerta.

-¿Dónde quedo el periódico de hoy? –pregunto Ginny que ya salía de la cocina.

-Sin querer lo tire a la chimenea –contesto Harry riéndose. -¿Por qué?

-Solo quería verlo… ¿Hay alguno de la semana pasada?

-Creo que si, en mi habitación ¿En tu camino no te encontraste con el par de tortolos?

-Si, los vi de lejos. Ronald trae cargando una caja y tiro todo en la esquina –se estaba riendo de la torpeza de su hermano. –Y creo que tendrás que abrirles la puerta –dijo la muchacha alzando la mano y mostrando un manojo de llaves. Harry puso los ojos en blanco –Ahora vuelvo. –termino de decir y subió las escaleras.

Harry sonrío muy divertido de imaginarse como su amigo había tirado todo. Lo mas seguro era que había muggles cerca y tuvieron que recogerlo de la manera manual. Si iban a volver a tocar era mejor esperar en el vestíbulo a regresar a la cocina o reunirse con Ginny. No paso más de medio minuto cuando de nuevo tocaron. Harry puso la sonrisa mas burlona que tenia y abrió la puerta para recibir a sus amigos solo que no eran ellos, era alguien mas.