CAPITULO 11 CONSECUENCIAS
Cuando Harry abrió los ojos no solo sus pies tocaban el suelo; sus brazos, espalda y cabeza se encontraban en algo frio y duro. Se sintió desorientado, la cabeza le dolía y todo le daba vueltas.
-¿Harry?... ¿Te encuentras bien?
Reconoció la voz mientras que unas manos lo sacudían ligeramente por el torso para hacerlo reaccionar. Antes de responder miro en todas direcciones para tratar de ubicar el lugar donde se encontraba pero sus pensamientos eran un caos. Estaba seguro de que si decía algo no tendría coherencia alguna.
Una punzada le golpeo el cerebro y para tratar de calmar el repentino dolor se llevo una mano a la cabeza lo cual fue un verdadero error porque no se había percatado de que un collar estaba fuertemente sujetado en su mano y el movimiento tan brusco provocó que tres colgantes con forma de corazón le golpearan el rostro.
-¡Auchh! –exclamó.
-¿Estás bien Harry? –repitieron y lo sacudieron una vez más.
-Si Hermione –al fin susurró. Se trataba de su mejor amiga quien intentaba reanimarlo. Hermione estaba arrodillada a su lado mirándolo con gesto preocupado y mordiéndose el labio sin dejar de mirar a su amigo directo al rostro.
Él se llevo una mano a la frente para apaciguar el golpe que acababa de darse y sintió una sensación extraña en el resto del rostro pero no le tomo atención, su cuerpo también le dolía (sobre todo las costillas) era como si acabase de recibir una fuerte paliza.
Lentamente se incorporo en el suelo y vio que se encontraba en el vestíbulo de Grimmauld Place. Bajó la vista y observo el collar que llevaba en la mano. Sus pensamientos aun eran un caos y sintió otra vez una punzada en la cabeza pero en esa ocasión acompañada por una serie de imágenes del collar que ahora llevaba en la mano mientras que una chica de cabellos oscuros sostenía otro collar idéntico en el aire.
El corazón le palpito con fuerza y noto que en aquella habitación faltaba una persona pero no cualquier persona. Faltaba Vanessa, el amor de su vida.
-¡¿Dónde está Vanessa?! ¿Dónde? –exclamo desesperado y jalando a Hermione de la manga.
-Tranquilo Harry ¿Qué te ocurre? –la castaña se asusto ante su actitud. –Creo que ahora si te afecto el golpe.
-Solo dime donde esta Vanessa. –le rogo sin poner atención a su última frase
-Aquí estoy. –La voz provino de la cocina. Miraron y vieron a una chica recargada sobre el picaporte y con los brazos cruzados sobre el pecho. –Lleve a Melissa a la cama o eso creo… -concluyó como si no estuviera del todo segura de lo que acababa de decir. La boca de Harry se entreabrió en cuanto la contemplo. Ella lucia radiante y con un inusual tono rosado en el rostro que se veía iluminado y lleno de vida, bajo sus ojos no había ojeras y si, ella estaba delgada pero no al grado de que la blusa y los jeans que portaba le quedaran holgados.
-Te ves hermosa… -Harry se había quedado embobado, era como si nunca la hubiera visto y en respuesta ella solo alzo la ceja.
-Esteee… Toma Harry, límpiate esos restos de sangre –Hermione le ofreció un pañuelo que tuvo que pasar un par de veces por enfrente del muchacho para que le hiciera caso.
-¿Sangre? ¿Qué sangre? –pregunto el ojiverde cuando la frase de su amiga logro llegar correctamente a su cabeza. Se llevo la mano libre a la cara que era el lugar donde las dos mujeres no dejaban de observarlo e hizo una mueca al tocarse la nariz. -¡Pero qué…! –sorprendido miro la sangre coagulada en su mano y luego a la chica de los ojos azul zafiro que inmediatamente se llevo un dedo a los labios indicándole que no armara un escándalo por eso. Algo muy, muy extraño había sucedido y hasta que no estuvieran a solas podrían hablar.
-¿Que fue lo que le paso a Harry? –pregunto Vanessa con tono amable a la castaña tratando de que sonara casual y sin darle gran importancia al asunto. –Es que… no me acuerdo bien.
Hermione entorno los ojos como si estuviera molesta y le dijo:
-Todo lo que paso fue por tu culpa…
Vanessa abrió la boca para replicar pero prefirió esperar a que Hermione dijera todo lo que tenía que decir.
-Y también por tu culpa Harry. ¿Cómo pudiste caer tan bajo? ¿Cómo pudiste hacerle eso a Ginny?
-¿Hacerle qué? –exclamo Harry confundido y poniéndose de pie. No entendía nada.
-Deja de hacerte el tonto. Hace quince minutos la golpeaste.
-¡¿Qué?! -gritó abriendo mucho la boca por la sorpresa y al mismo tiempo otra punzada le golpeo el cerebro. Soltó un quejido y a continuación apretó los parpados a causa del dolor. Imágenes borrosas cruzaron su mente en cuanto la castaña con un poco de coraje narraba lo que había sucedido…
-Te pusiste furioso de que Ginny ocultara que Vanessa estaba viva. La sacudiste por los hombros, le gritaste hasta que te cansaste y la arrastraste escaleras abajo para que se fuera de esta casa. Ron y yo intentamos detenerte pero nos lanzaste hechizos para que saliéramos de tu camino. Golpeaste a Ginny en el rostro sin importarte que fuera mujer y Vanessa seguramente disfruto la escena porque se quedo parada sin hacer nada bajo la escusa de proteger a la niña de la violencia.
Las imágenes que pasaron por la cabeza de Harry estaban un poco inconclusas y sin poder entender lo que decían las personas de sus pensamientos aunque una imagen fue mucho más clara que las otras. Se trataba de Ginny con una mano en la mejilla y otra en el pomo de la puerta exclamando la frase “TE ODIO HARRY” o al menos eso era lo que sus labios y su rostro habían expresado.
El ojiverde intento abrir los ojos pero las imágenes y un relato que a él le parecía completamente ajeno, continuo:
-Ron se enojo bastante por lo que le hiciste a su hermana, discutieron y se agarraron a golpes. Tu hija empezó a llorar y Vanessa se la llevo para que no viera lo que un par de salvajes como ustedes estaban haciendo y finalmente Ron te noqueo… Ni siquiera sé porque te estoy repitiendo esto si tu ya lo sabes ¡y ni siquiera me estas poniendo atención!
La castaña enojada le dio un puñetazo en el hombro que provoco saliera de su ensimismamiento.
-Yo… no sé qué decirte Hermione –le respondió Harry que miro a Vanessa quien tenía una mano en la cabeza como si ella también hubiera experimentado lo mismo que el.
-¿Dónde está Ron ahora? –pregunto Vanessa con los ojos cerrados.
-Fue a buscar a Ginny y yo como aun soy muy compasiva me quede para reanimar a Harry pero no te lo mereces –terminó la frase moviendo la cabeza negativamente y entornando los ojos.
-Bueno Hermione, tu plática ha sido muy instructiva pero Harry y yo debemos hablar sobre un asuntito pendiente.
La joven se acerco a Harry y lo tomo por la manga para ambos encerrarse en la cocina. Alcanzaron a ver el gesto de indignación que ponía Hermione pero eso era lo menos importante.
Una vez dentro se miraron el uno al otro y en sus caras no se reflejaba ninguna otra cosa más que el desconcierto y el miedo. Harry aun sostenía el collar en la mano y lo puso en medio de ambos para que Vanessa lo viera.
-¿Qué fue lo que hicimos? –susurraron al unísono esperando que el otro tuviera las respuestas pero no las tenían.
-Maldición Harry, ¿Qué hicimos? –la desesperación de Vanessa no se hizo esperar y en el estrecho espacio que tenia empezó a desplazarse de un lado al otro.
-¡No me acuerdo! –le contesto con sinceridad.
-Yo tampoco me acuerdo y este dolor de cabeza no me deja pensar.
-¿Tú también tuviste como… recuerdos cuando Hermione hablo?
-¡SI! Y lo peor es que no entiendo nada. No recuerdo que haya sucedido ninguna de esas cosas o bueno, no estoy segura del todo. –Ella se detuvo y se quedo con aire pensativo –¿No sientes como si faltara algo, como un vacio en nuestras mentes?
Harry asintió con la cabeza sin dejar de mirarla.
-¡Ya deja de verme así! –le reprocho.
-Es que te ves rara, te ves… bien
-Vaya momento en el que se te ocurrió admirar mi belleza ¿No te das cuenta de que algo muy malo sucedió? Olvídate de esas niñerías.
-Está bien, está bien. ¿A qué hora me diste este collar? –pregunto el muchacho y volvió a levantarlo en el aire.
-¡Que no me acuerdo! Cuando abrí los ojos estaba frente a la cama de Mel con el otro collar en la mano. Me maree, vi una imagen tuya y vine corriendo en cuanto pude ordenar mis ideas.
-¿Dónde está el otro collar?
-En mi bolsillo y no voy a sacarlo sobre todo si sé que tiene que ver con lo que nos está pasando ahora porque algo paso con esos collares, lo presiento.... ¿Te conté que Snape cometió con eso el peor error de su vida?
-No… ¿o sí?
-Bueno, no importa… Necesitamos hablar con Dumbledore. Tal vez él pueda refrescarnos la memoria.
-¿Con Dumbledore? –Harry parecía asustado.
-Aja.
-Pues si quieres pero deberías saber que…
Vanessa no lo dejo terminar la frase, lo jalo como niño chiquito a la chimenea y arrojo los polvos flu necesarios para aparecerse en la oficina del director de Hogwarts.
Al llegar la habitación estaba vacía y la mayoría de los ex-directores del colegio dormían en sus retratos.
-¿Por qué nunca esta la gente cuando más se les necesita? –dijo Vanessa entre dientes quejándose. –Vamos a buscar a McGonagall o a cualquier otro de los profesores que puedan decirnos donde esta Dumbledore.
-Es que Dumbledore está aquí. –susurro Harry.
-Yo no lo veo por ningún lado –la chica miro en todas direcciones pero en especial al escritorio que se encontraba vacío.-¿Dumbledore? –lo llamó.
-Un poco más arriba –le dijo Harry.
-¡Ja! ¿Crees que Dumbledore se subió al techo para mirar el anochecer? –se rio pero aun así siguió buscando con la mirada hasta que… -¡Oh por Merlín!
Se llevo las manos a la boca y se acerco más a la pared del despacho. Justo detrás del escritorio del director estaba un gran retrato desde el cual un hombre anciano, la nariz torcida y unas gafas de media luna, dormía plácidamente.
-¡¿Esta muerto?! ¡¿Por qué no me dijiste que Dumbledore estaba muerto?!
-Es que desde que regresaste nunca preguntaste por el –dijo Harry apenado.
-¿Yo regrese? Tú me encontraste ¿no?
Harry se llevo las manos a la cabeza al mismo tiempo que ella. Un nuevo recuerdo del cual ninguno de los dos estaba seguro de haber participado en él se abrió paso en sus mentes. Algo que aun no entendían y que temían nunca llegar a entender:
En ese nuevo recuerdo Harry estaba tranquilo en su casa de Grimmauld Place pensando que una semana antes se había encontrado en el parque con una chica de nombre Miranda a la cual de manera inusual deseaba volver a ver a pesar de que ella había demostrado ser una verdadera preguntona sobre su vida privada. Todo iba perfecto hasta que Kreacher le había sugerido ir a revisar la antigua casa de Vanessa para que se asegurara de hacer la limpieza tal y como Harry lo quería. El muchacho de lo más escéptico accedió a visitar el lugar que hacia tanto tiempo no visitaba solo para encontrarse a mitad de la sala a alguien que él creía sin vida.
La sorpresa de verse nuevamente los había dejado congelados en el suelo. Ella asustada de ser descubierta y el de lo mas pálido al creer que se trataba de una visión del mas allá. Una voz proveniente del piso de arriba la hizo reaccionar a ella y con suma rapidez lo metió a la chimenea para que volvieran a Grimmauld Place y dar las explicaciones correspondientes aunque había alguien en el piso superior de lo cual ella aun no quería hablar. Luego los tres amigos de Harry se habían quedado estupefactos al verlos aparecer juntos y ella susurro un “Elfo mentiroso”…
La imagen en sus cabezas desapareció trayéndolos nuevamente a la realidad. No era necesario ver el resto porque ellos lo conocían del todo o casi del todo: Una larga charla sobre los últimos dos años de vida de Vanessa, el odio contenido de Harry hacia Ginny, la decepción de Hermione y Ron al conocer las atrocidades que Ginny cometió y hasta la extraña experiencia que Harry experimento cuando se entero que era padre de una dulce pequeñita llamada Melissa.
-¡Elfo mentiroso! –repitió la joven al tiempo que sus parpados volvían a abrirse.
-¿Kreacher?
-Si, Kreacher. Él fue quien estuvo insistiendo para que volviera contigo. Yo quería darle a Mel una vida mejor que la de un hospital y él me menciono que mi casa seguía vacía y que tú no tenías el valor suficiente para volver a pisarla y solo hizo que yo fuera ahí para que tú me descubrieras… Comienzo a recordar un poco pero esto sigue siendo extraño.
-Yo no estoy del todo seguro que eso sucedió.
-Yo tampoco pero es lo único en lo que puedo creer. Mis pensamientos quieren que crea en eso –dibujo una mueca y emitió un sonoro suspiro. -¿Y ahora qué hacemos? ¿Lo despertamos?
-Yo creo que sí. No creo que pueda darnos las respuestas que buscamos si está dormido
-No es el mejor momento para sarcasmos. –ella parecía un poco fastidiada y sin mirarlo se acerco al retrato sin saber que hacer o que decir pero no fue necesario que dijera algo porque en ese instante Dumbledore abrió los ojos y miro con curiosidad a los dos jóvenes que se encontraban en el despacho.
-Vaya… -fue lo primero que dijo el anciano. Su tono era sereno, como si no le hubiera sorprendido mucho el encontrarlos ahí-¿Vanessa? Creí que estabas muerta
-Y yo que usted estaba vivo –bufó. -¿Qué fue lo que le ocurrió?
-¿No te lo conto Harry? –miro al ojiverde por encima de las gafas y este negó con la cabeza. –Una sublevación de mortifagos prófugos de la justicia el año pasado. No creo que sea necesario dar los detalles. Fue un poco divertido –Dumbledore se rio para sí y Harry solo puso los ojos en blanco.
-No le encuentro lo divertido a que el mago más poderoso de todos los tiempos haya muerto por una simple sublevación –siseo Vanessa.
-Yo ya había vivido mucho Vanessa. Con el solo hecho de presenciar la derrota de Voldemort me sentí satisfecho. Creo que ya era justo que este viejo descansara en paz, pero dejemos mi muerte de lado… ¿Puedes explicarme cómo es que estas viva? Harry no se ha cansado de llorar tu muerte desde aquel incidente.
La joven bruja volteo a ver al aludido que se puso un poco rojo al reconocer que era cierto lo que el retrato decía.
-Pues… -Vanessa se quedo un poco pensativa y luego dijo. –Bellatrix intento matarme pero su hechizo fallo aunque me dejo una cicatriz que espero desaparezca pronto. –se levanto la manga rápidamente para dejar ver una delgada pero larga línea cicatrizada. Nada grave. –Soy una chica con suerte –añadió encogiéndose de hombros.
-Sí, eres una chica con suerte pero recuerda que vinimos aquí por algo más importante.
-Ah, sí–repuso la muchacha y con urgencia le pidió a Harry que le diera el collar. -¿Sabe usted que es esto?
Dumbledore suspiro.
-¿Tienes el otro collar?
-Sí, ¿quiere que lo saque? –respondió Vanessa al tiempo que metía la mano a uno de sus bolsillos
-No, no, no, ahí está bien –se apresuro a decir. –Creí que Severus se había deshecho de esos collares.
-Me dio uno cuando fue a recogerme e internarme en Durmstrang y el otro me lo dio pocos días antes de que me infiltrara en la mansión de Voldemort. –su voz denotaba una ligera nostalgia –Solo me dijo que no era bueno ponerlos juntos, que los protegiera de caer en manos equivocadas y que podían ser peligrosos. El problema es que Harry y yo creemos que algo hicimos con ellos y por más que intentamos recordar no se puede pero en los últimos minutos hemos recordado cosas que no estamos seguros hayan ocurrido. ¿Usted sabe que es lo que paso? ¿O podría darnos una remota explicación? Sé que usted sabe algo sobre esos collares y nos lo va a decir –la joven se acerco un poco más al retrato y entrecerró los ojos para fulminarlo con la mirada.
-Son los Collares del Tiempo –empezó Dumbledore –Obviamente y como pueden deducir por su nombre, sirven para viajar en el tiempo. Severus de alguna forma dio con ellos y por accidente los utilizo. Cuando descubrió para que servían lo aprovecho para cambiar algo que según él le traería un gran beneficio pero no fue así. No quiso saber nada más del tema pero esos collares no son algo que deben tirarse así por la vida. Le ofrecí guardarlos y lo rechazo que mal que haya caído en sus manos… Me pregunto para qué lo habrán utilizado ustedes.
-¿Y cómo funcionan? –Harry tenía un poco de impaciencia.
-Bien, es demasiado sencillo, tan sencillo que por eso es peligroso lo tengan las manos equivocadas. Solo basta con ponerlos lo bastante juntos y que la persona quien los posee este pensando en algún momento del tiempo o de su vida al cual le gustaría ir. Pasado, presente o futuro. Sin embargo existe un pequeño inconveniente que es la paradoja que ustedes están experimentando. Espero darme a explicar bien poniendo como ejemplo lo que creo yo hicieron.
El profesor inhalo profundamente antes de proseguir.
–Ustedes dos en un presente paralelo a este utilizaron esos collares (accidental o intencionalmente) y viajaron a otro punto del tiempo. Tuvo que ser el pasado pero al parecer algo de ese pasado no les gusto y lo cambiaron. Otro acto imprudente y peligroso si no pensaron en las consecuencias que eso podría traerles –detuvo su charla para mirarlos de forma inquisidora. Vanessa intento hablar pero el profesor levanto la mano para que no le interrumpiera. –Al cambiar ese pasado cambiaron las formas de ver el tiempo de sus otro yo porque para ellos el presente que ustedes llegaron a conocer simplemente no existió o las cosas sucedieron de otra manera; así que cuando ustedes decidieron volver a su presente no volvieron al presente que ustedes dejaron antes de viajar por el tiempo, volvieron a un nuevo presente. Y ahora su mente los va a atiborrar de las cosas grandes o pequeñas que hayan cambiado y que creerán no recordar porque será más o menos como si su mente hubiera vivido dos lapsos de tiempo y ahora se verá forzado a eliminar su antiguo presente para reemplazarlo por el nuevo y como ustedes fueron los que se vieron más implicados en el cambio por eso resienten las consecuencias. Sera cuestión de días, incluso horas para que su mente y su cuerpo asimilen lo que no pueden entender ahora, todo dependerá de cuanto hayan modificado.
-Profesor Dumbledore –dijo Harry en cuanto guardo silencio. -¿No le parece algo ilógico lo que nos está diciendo? Me refiero a como se puede explicar que al despertar teníamos eso en la mano –señalo el collar que ahora portaba Vanessa –Además de que con los giratiempos funcionan de otra manera.
-¿Desde cuándo la magia es cosa de lógica? –el profesor espero a obtener una respuesta pero ninguno contesto. –Muchacho, piensa en que los giratiempos podían regresarte algunas horas atrás, máximo un día. Los Collares del Tiempo son muy diferentes. Su capacidad para mostrar cualquier parte del pasado o del futuro solo demuestra que son herramientas muy poderosas pero que al final no te servirán de nada porque cuando regresas a tu tiempo inicial no recordaras nada del viaje temporal, aun así hayas destruido un castillo entero no recordaras lo que hiciste.
-Me pregunto qué parte del tiempo cambiamos nosotros –susurro Vanessa con una mano en la barbilla –¡Oh Harry, que habremos hecho!
-No tengo la más mínima idea.
-Es mejor que no traten de recordar en que parte del tiempo interfirieron porque solo les dará una gran jaqueca y no llegaran a ninguna parte. Severus intento recordarlo pero a lo más que llego después de 16 años fue que hizo un error y punto.
-¿Y qué es lo que debemos hacer ahora? –pregunto Harry un tanto preocupado por su destino.
-No hay nada que puedan hacer más que vivir el presente que se crearon y tampoco es bueno que piensen en volver a cambiar las cosas porque no saben qué fue lo que cambio. Tendrán que aprender a vivir con esto les traiga las consecuencias que les traiga positivas o negativas –se encogió de hombros –Nadie puede saber qué es lo pasara.
Harry y Vanessa se miraron el uno al otro aun con una gran confusión y temor en el rostro. Lo hecho, hecho estaba.
-Ahora Vanessa sería mejor que esos collares los dejaras al resguardo del colegio. Puedo decirle a Minerva mañana por la mañana donde debe guardarlos para que no haya más cambios temporales y tampoco queremos que por accidente alguien traiga a Voldemort a la vida ¿o sí? –los miro por encima de las gafas esperando que comprendieran.
-Pero… -Vanessa sujeto con fuerza el collar y lo contrajo hacia su pecho –Me estaba haciendo a la idea de regalárselo a Melissa –Dumbledore enarco una ceja –Ella es mi hija… nuestra hija –la muchacha dibujo una sonrisa y tomo la mano de Harry quien sintió gran júbilo ante tal acercamiento. –Un día que vengamos a visitarlo con más calma le contare todo. –sonrió de nuevo y se dio media vuelta para entrar a la chimenea
-Vanessa… -Dumbledore endureció un poco la voz –Los collares…
Ella se dio la vuelta de mala gana.
-¿Seguro que debo dejárselos? ¿No existe otra manera de que no causen daño? Es que los zafiros y las esmeraldas me encantan –añadió admirando los colgantes.
El ex –director de Hogwarts sopeso la idea.
-Dice que solo funcionan si están juntos ¿no? –interrumpio Harry y el hombre del retrato asintió. –¿Y si deja que Vanessa conserve la mitad de los colgantes? Nosotros nos quedamos con los de esmeraldas y zafiros y ustedes los rubíes –Aunque Harry quería negarlo, sentía unas ganas tremendas por complacer a Vanessa
-Parece razonable –concedió Dumbledore.
-Genial –mumuro Vanessa y le entregó a Harry el collar que llevaba en la mano para poder sacar el otro de sus bolsillos.
Se mantuvieron en lugares diferentes mientras sacaban los colgantes de la cadena dorada y luego a mitad del despacho hicieron un pequeño intercambio en donde Harry entrego los corazones con el zafiro y esmeralda y Vanessa le dio la pieza de rubi para que en los collares quedara uno con dos colgantes y el otro con cuatro colgantes. A pesar de la advertencia de Dumbledore colocaron los collares juntos pero no paso absolutamente nada así que llegaron a la conclusión de que solo funcionaba si en cada cadena había tres joyas diferentes.
Para ahorrarle la labor a la profesora McGonagall y también para evitar que más personas se vieran implicadas en el asunto, Dumbledore les pidió que con cuidado metieran el collar dentro de la vitrina donde permanecía la espada de Godric Gryffindor y lo acomodaron de tal forma que el colgante quedo en la parte trasera de la espada y la cadena era tan delgada que podía llegarse a confundir con los detalles de la espada. Nadie vería el collar y nadie sabría que se encontraba ahí más que ellos y quizá algunos de los personajes que llegaron a despertar de sus cuadros pero ellos no dirían nada.
Después de eso y una vez que la noche cayo con mayor intensidad decidieron irse del colegio y volver a casa de Vanessa porque la muchacha estaba un poco preocupada de que su pequeña despertara y no la encontrara en el lugar.
-¿Sabes? –habló Harry en cuanto pisaron la pequeña y acogedora sala –Fred y George van a matarme –ella frunció en entrecejo y él prosiguió –Acabo de recordar que hoy era su cumpleaños. Planeábamos ir a la madriguera esta noche y celebrar pero después de todo lo que ha pasado hoy dudo que sea buena idea presentarme allá sobre todo si en verdad le hice daño a Ginny.
-Descuida Harry, ya se les pasara o eso espero–le dedico una sonrisa y lo condujo arriba donde se suponía Melissa estaba durmiendo pero al abrir la puerta de su habitación encontraron un completo desastre mientras ella brincaba y bailoteaba.
-¡Papi! –grito la pequeña en cuanto los vio entrar abrazándose a la pierna del ojiverde.
-¡Mel! ¿Es que nunca podre dejarte sola por un par de horas sin que hagas travesuras? –la pequeña en respuesta solo se echo a reír.
Harry la cargo y beso sus mejillas con ternura. Aun le resultaba de lo más extraño asimilar que esa criaturita tan hermosa como Vanessa era su hija.
-Mira princesa lo que te hemos traido –dijo Vanessa luego de un momento de silencio para ponerle en frente el collar. Melissa abrió sus ojitos de par en par maravillada de ver un objeto que brillara con tal magnitud –Para que siempre recuerdes el color de los ojos de papi y de mami. –Vanessa para tratar de explicarse señalo los zafiros y luego sus ojos y de igual manera con los de Harry aunque él puso los ojos en blanco.
Le pusieron el collar alrededor de su pequeño cuello y estuvieron riendo un rato por las curiosidades que Mel decía.
-Creo que ya es hora de que me vaya a casa –la voz de Harry era un poco nostálgica mientras depositaba a Mel en su cuna, él no quería irse pero se hacía mas y mas noche y aun tenía muchos asuntos pendientes que atender. Entre ellos tratar de arreglar sus problemas con Ron, Hermione, la familia Weasley en general y también saber que había sido de Ginny y si es que Ron la había encontrado.
La pequeña al escucharlo empezó a hacer pucheros y con cara triste miro a su madre para que solucionara el problema. Melissa tampoco quería que Harry se fura.
-Tranquila cariño, tu papa no va a marcharse –aseguro Vanessa sin despegar los ojos del ojiverde con una clara advertencia que solo él era capaz de entender. –El se va a quedar con nosotras siempre, te lo prometo.
-¿Si papi? –la pregunta estuvo llena de emoción y mucha esperanza.
-Si bebe –volvió a asegurar Vanessa –Porque no permitiré que nadie me lo vuelva a quitar. Tú papa ahora SI es mío y solo mío.
Y sin esperar otra cosa tomo el rostro de Harry entre sus manos y lo beso apasionadamente. El correspondió el beso que pudo terminar en otra cosa si la pequeña no se encontrara en la habitación. Melissa empezó a saltar en su cama y a dar grititos agudos de felicidad mezclados con risitas inocentes. Ella aun no comprendía el significado de un beso como el que sus padres se estaban dando en ese momento. Ella lo único que entendía era que sus papas iban a estar juntos. Si, juntos pero ¿felices? Las consecuencias de un pequeño cambio en el tiempo apenas comenzaban.
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